Tras siete meses con coronavirus, Latinoamérica es la región más afectada por la pandemia, con un 33.8 % del millón de muertes que ya se superaron anoche y 27.7 % de los 33.27 millones de casos globales, y la zona todavía está más concentrada en contener que en superar la COVID-19.

Un sistema sanitario que no estaba preparado para una crisis así, con alta ocupación hospitalaria que en algunos casos ha llegado al límite de la emergencia, y una difícil situación económica de la región más desigual del mundo, que tampoco ha permitido, por ejemplo, aplicar de forma ideal los test de detección de la enfermedad, forman parte de un cóctel explosivo.

Con 338,611 fallecimientos y 9.2 millones de contagios totales, 5 de sus países están dentro del top 10 de los más afectados: Brasil tercero (4.7 millones de casos), Colombia quinto (818,203), Perú sexto (805,302), México octavo (733,717) y Argentina noveno (723,132), con Brasil (segundo, 142,058), y México (cuarto, 76,430) dentro de las naciones con más decesos, por encima Reino Unido, Italia, Francia o España.

A esto se suma que Chile está al borde de los 500,000 casos y Ecuador, Bolivia, República Dominicana y Panamá por encima de los 100,000 contagios y que los casos solo se redujeron un 5 % en los últimos 7 días transcurridos hasta el lunes.

Pero además de los datos en bruto, hay otras cifras que muestran la complejidad de la problemática en la región. La más contundente de todas: Perú es el país del mundo con la tasa más alta de mortalidad de todo el mundo, con 99.2 decesos por cada 100,00 habitantes, cuando el promedio global es de 13 y el regional de 53.

Otros países latinoamericanos están por encima del promedio regional, como Bolivia (68.3 muertes por cada 100,000 habitantes), Brasil (67.2) Chile (66.7), Ecuador (64.9), México (59.9) y Panamá (55), según las últimas cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), basadas en datos de la universidad estadounidense Johns Hopkins.

En Perú, los decesos hasta este lunes eran 32,262 y aunque la mortalidad media semanal ha bajado a menos de la mitad de mayo y junio y a que ayer se tuvo la cifra más baja de muertes (62). desde hace cuatro meses nunca se logró controlar la curva de infecciones y solo hace cuatro semanas que se empezaron a notar mejoras en el sector salud.

Incluso, mucho se ha discutido que el país esté en esta situación pese a que fue el primero de la región con una cuarentena estricta, algo que tampoco parece haber ayudado mucho en otras naciones muy afectadas y que también aplicaron medidas similares tempranas, como Colombia y Argentina, que recién están dando pasos para volver a cierta normalidad.

En Brasil, solo superado en muertes en el mundo por EU (142,058 frente a 205,031), los decesos han bajado de un promedio diario de 1,030 hace dos meses a 750 en los últimos 14 días.

Sin embargo, algunas autoridades temen que el país esté enfrentando una segunda ola en estados como Amazonas y Río de Janeiro, este último con 10 días seguidos viendo aumentar el promedio de muertes, una situación atribuida a la rápida desescalada en varias regiones.

México, el segundo país latinoamericano más afectado, muestra una media de 591 decesos por millón de habitantes en un país con cerca de 130 millones de personas, quienes solo tienen disponibles 12 pruebas de la enfermedad por cada 1,000 habitantesuna de las cifras más bajas en el mundo.

A esto hay que añadir que de 76,603 muertos y 733,717 casos actuales se espera que se pase a fin de año a 125,157 decesos y poco más de un millón de contagios, según la Universidad de Washington, lo que demuestra que la contención todavía está lejos

Argentina, por su parte, prorrogó la semana pasada, hasta el 11 de octubre, las “medidas de cuidado” para frenar la pandemia, con la vista puesta en diversas provincias donde el virus está avanzando a mayor velocidad que en el área metropolitana de Buenos Aires, la más poblada del país y durante los primeros meses la más afectada.

Esto en parte porque las camas de cuidados intensivos se encuentran al 61.4 % de su capacidad, tanto con enfermos graves de coronavirus como de otras dolencias, subiendo al 65,1 % en el Área Metropolitana de Buenos Aires, y con una situación epidemiológica especialmente delicada en las provincias de Santa Fe, Córdoba, Mendoza, La Rioja, Salta, Jujuy, Río Negro y Neuquén.

Chile, el decimosegundo país más afectado del mundo, comenzó un proceso de apertura gradual que permitió que la región capitalina llegara el lunes a un 97 % des desconfinamiento, aunque la pandemia está en alza en otras zonas del país, especialmente en el sur, y las autoridades no descartan un rebrote producto de los festejos por la Independencia del pasado 18 de septiembre.