A una de las lujosas casas de Genoveva Huerta llegó muy preocupado uno de sus amigos más cercanos para advertirle que corrigiera su actitud altanera y bravucona en contra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y en contra de la administración de Miguel Barbosa.

“Yo no quiero que mi ahijado Jeritos tenga una mamá presa”, fue la sentencia que el compadre de Huerta Villegas le hizo a la lideresa estatal del PAN.

El familiar de “La Jefa Geno” la trató de convencer que los muchos cadáveres que están hacinados en su closet son suficientes para procesarla por los delitos de enriquecimiento ilícito, operaciones con recursos de dudosa procedencia, blanqueo de activos y desvío de recursos públicos.

Y es que, el compadre de Huerta Villegas conoce a la perfección la red de corrupción en la que la presidenta del Comité Directivo Estatal de Acción Nacional en Puebla está enredada.

Genoveva Huerta, quien no se ha podido quitar la etiqueta de morenovallista, carece de toda calidad moral para criticar a los gobiernos de López Obrador y de Barbosa Huerta.

La corrupción fue la gran herencia que dejó el siniestro Rafael Moreno Valle durante los ocho años que gobernó Puebla.

Ahora, sus viudas y huérfanos tienen esa onerosa carga sobre sus hombros.

Desde su imposición en el CDE, la desmemoriada lideresa panista inició una campaña de lodo en contra de la Cuarta Transformación. Un día sí y al otro también, Huerta ofende, denuesta, berrea y se tira al piso para continuar con la oposición hueca y sistemática en la que ha convertido al PAN desde hace más de un año y medio.

El show de “La Jefa Geno” no es más que eso: un vodevil de muy mala calidad.

Al interior del panismo poblano están conscientes que Genoveva Huerta tiene contados los días en libertad, pues las carpetas de investigaciones por ser beneficiada de la Estructura Maya, con la que el preso Eukid Castañón le entregó decenas de millones de pesos; y por enriquecimiento ilícito, están más que avanzadas y pronto se convertirán en ordenes de aprehensión por los delitos antes mencionados.

A estas acusaciones habrá que sumar los problemas financieros del Comité Estatal del PAN durante la gestión de Huerta Villegas. Los libros contables y los estados de resultados de la dirigencia del partido albiazul son un verdadero desmadre, gracias a la obesa corrupción de su lideresa, quien no perdió la oportunidad de seguir abultando su mórbido patrimonio a costa de las prerrogativas de Acción Nacional.

A través de su cuenta personal de Twitter, el periodista Arturo Luna, tras exhibir una vez más el patrimonio ilícito de la ex diputada federal, reveló que la madre de Huerta Villegas no acudió al citatorio de la Fiscalía General de Puebla luego de que fuese involucrada como prestanombres de su hija al poner a su nombre diversas propiedades en Puebla y Quintana Roo.

En una entrega anterior de esta columna expliqué que la Unidad de Inteligencia Financiera ya tenía en la mira a Genoveva Huerta y estaba en el proceso de congelarle sus cuentas bancarias al detectar que su declaración patrimonial no coincidía con sus ingresos registrados como aviadora de la SEP, diputada federal y lideresa del PAN.

La detención de Huerta es inminente.

Al igual que lo sucedido con Eukid, nadie meterá las mano por Genoveva, ya que su caso es indefendible ante las pruebas de su indignante corrupción.

Por esto es que entre las vacas sagradas que aún se mantienen en el PAN ya están pensando en quién será el relevo de Huerta Villegas una vez que su lideresa estatal sea procesada por la FGE.

Entre los liderazgos panistas no planean dejarle el control del partido a Francisco “El Pastor” Fraile, quien tendría que asumir la presidencia del Comité Estatal por estatutos, pues el candidato fallido a gobernador está obsesionado con ser el próximo alcalde de San Andrés Cholula.

La presidencia del CDE será primordial para que el PAN pueda recuperar en el 2021 los espacios perdidos tras el tsunami lopezobradorista.

Genoveva Huerta, en lugar de encabezar una oposición articulada y de altura, optó por los pleitos de cantina y por entrar al callejón de los madrazos.

Lo sabemos: este callejón no tiene regreso.

Muy pronto, Huerta dejará de ser “La Jefa Geno” para convertirse en “La Rea Geno”.

Estos fueron los políticos que prometieron transformar a Puebla.

Otro final inevitable para otra viuda corrupta de Moreno Valle.