En Estados Unidos, el juicio por la muerte del afroamericano George Floyd, que debía comenzar este lunes, ha sido aplazado, lo que ha contribuido a aumentar la tensión en la ciudad de Mineápolis.

El proceso se ha retrasado mientras se decide si también se acusa al policía Derek Chauvin, juzgado por la muerte de Floyd, de homicidio en tercer grado, un cargo más importante que los dos que ya pesan sobre él. Sin embargo, entre los manifestantes, esta demora provoca desconfianza.

“Lo retrasan, sabiendo que todo el mundo está mirando, con la esperanza de que el impulso se apague”, dice una joven.

“Ya teníamos la sensación de que lo iban a retrasar. Esperábamos y rezábamos para que no fuera así. Nos enteramos de que estaban tratando de incluir el cargo de homicidio en tercer grado, pero es un cargo menor, queremos el máximo”, afirma un hombre.

“Definitivamente debería ser condenado por asesinato en segundo o primer grado. Cuanto más tiempo pase en la cárcel, mejor”, añade una manifestante.

Este juicio es el primero en Minesota en el que un policía blanco está acusado por la muerte de un civil afroamericano.

Chauvin es el policía al que se ve en un vídeo aplastando el cuello de Floyd con su rodilla durante ocho minutos y 46 segundos, mientras este dice una y otra vez que no puede respirar.

Esta muerte impulsó el movimiento conocido como Black Lives Matter, una de las mayores protestas contra la brutalidad policial y el racismo en la historia reciente de Estados Unidos.