Tres de cada diez brasileños desaprueban la gestión del presidente Jair Bolsonaro, quien esta semana cumple dos años en el cargo.

De acuerdo con la encuestadora Ibope, 33% de los ciudadanos considera “malo o pésimo” el gobierno del ultraderechista, mientras que en septiembre esa cifra era de 29%.

En este contexto, Brasil se mantiene como el tercer país más afectado por la pandemia de coronavirus, con 7.4 millones de contagios confirmados.

Además, es el segundo en el conteo de número de muertos, con 190 mil 795 fallecidos, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.

El aumento de casos en el país ha empeorado la situación de algunos de los estados más afectados como Río de Janeiro.

De acuerdo con diarios locales, los estados de Amazonas, Espírito Santo, Paraná, Río de Janeiro y Pernambuco reportan saturación hospitalaria.

Al inicio de la pandemia, el mandatario que asumió su cargo el 1 de enero de 2019 restó relevancia a la crisis sanitaria.

“Obviamente, tenemos una crisis en este momento, una pequeña crisis. En mi opinión, el tema del coronavirus es mucho más fantasía, que no es todo lo que los principales medios de comunicación propagan o propagan en todo el mundo”, dijo el presidente, quien se contagió del virus en julio.

Con lo cual, la gestión de la pandemia recayó en los gobiernos estatales.

“Bolsonaro presentó al pueblo brasileño un falso dilema entre la protección de vidas humanas y la de la economía. Escogió la segunda, argumentando que se trataba del único camino a seguir, pues una buena parte de la población que trabaja en el sector informal no podría quedarse en casa”, afirmó la antropóloga Katerina Hatzikidi en un artículo A dos años de la elección de Bolsonaro: Brasil en una campaña perpetua, en el sitio Open Democracy.

En este contexto, el Banco Central de Brasil pronosticó una contracción de 4.4% del producto interno bruto para el cierre de 2020, y un repunte de 3.8% para el próximo año.

En tanto, ayer el vicepresidente del país, Hamilton Mourao anunció que dio positivo a coronavirus.

Actualmente, Bolsonaro, quien se encuentra a la mitad de su mandato, carece de un plan para administrar las vacunas en el país. Si bien el país sudamericano comenzará con las aplicaciones en febrero, los plazos no están establecidos todavía.

“A mí nadie me presiona para nada, a mí eso no me importa”, declaró el mandatario al ser cuestionado sobre las aplicaciones de las dosis.