Las polémicas declaraciones hechas recientemente por el líder del Senado, Alejandro Armenta Mier, tanto en lo nacional como en local, ya le empezaron a generar graves dolores de cabeza.

Es más, dicen que la jaqueca parece cruda de teporocho, de varios días.

Porque en el afán de querer quedar bien con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), para ganar la candidatura al Gobierno de Puebla, el senador ha traicionado hasta sus más profundos ideales.

Esos que no necesariamente están con Morena y la 4T.

Los que laten y palpitan por sus mejores amigos y sus aliados.

¿Valdrá la pena?

¿Y si al final el presidente y su partido le niegan la candidatura al Gobierno de Puebla?

¿Con qué cara ve uno después a los amigos?

Porque todo puede pasar en Puebla, por las locuras de Morena y AMLO.

Allí está el caso de Ricardo Mejía Berdeja, candidato del PT al Gobierno de Coahuila, quien dio todo por el obradorismo y al final le dieron una patada en el trasero para ponerle en charola de plata la candidatura al senador con licencia Armando Guadiana Tijerina.

¿A poco no le teme a eso Armenta?

¿Ya lo habrá calculado?

No entiendo por qué pegarles a sus amigos.

Que alguien me explique.

Porque pasa algo así como cuando Judas vendió a Jesús por 30 monedas.

Cuando con un beso lo entregó a los guardias que lo detuvieron para apresarlo y llevarlo ante los sacerdotes.

Armenta se ha metido en camisa de once varas por su afán protagónico.

Recientemente arremetió contra Claudia Rivera Vivanco, exedil de Morena, y sostuvo que los poblanos no la quisieron mucho, que ya gobernó, y aunque le ayudaron no pudo ganar la elección anterior (2021).

Y eso que Claudia ha sido su aliada.

Y eso, también, que la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) de Morena, en la que Eloísa Vivanco Esquide, madre de la exedil, es secretaria, acaba de exonerar a Alejandro Armenta de las acusaciones en su contra, las cuales indicaban que él llegó a su partido solo a saciar sus intereses propios y no para beneficiar a la 4T.

La denuncia contra el senador (expediente CNHJ-PUE-2265/2021-III) fue promovida por Antonio Morales Jiménez, el pasado 3 de marzo de 2021, un militante que lo acusó de ser omiso como un político de izquierda.

Sin embargo, a pesar de ello, el pleno de la CNHJ, presidido por Donají Alba Arroyo, resolvió la denuncia contra Armenta, y lo exoneró de cualquier culpabilidad debido a que los agravios eran infundados e inoperantes.

¿Así, con qué cara se para frente a sus aliados, quienes lo ayudan, pero a quienes él no respeta?

Y lo mismo sucedió en alguna ocasión entre el senador Armenta y el líder del Congreso del estado de Puebla, Eduardo Castillo López, quienes hasta son compadres.

Resulta que Alejandro y Eduardo trabajaron juntos hasta el momento en que el segundo ganó la diputación local, cargo que el senador quería quitarle para regalárselo a Pavel Gaspar Ramírez, hijo del difunto Horacio Gaspar Lima.

El senador nunca estuvo de acuerdo en que Lalo Castillo fuese candidato, incluso dicen que Armenta le auguró una derrota segura a su entonces colaborador, quien hizo una campaña perfecta y se ganó el mismo su curul.

Dicen que, sorprendido, cuando el líder del Senado ve el triunfo de Lalo, de inmediato le pide que ceda el cargo a su suplente, Pavel Gaspar, a quien quería hacer diputado.

Desde luego, Lalo Castillo se niega y se va solo a recoger su constancia de mayoría, cuando un grupo de antorchistas se manifiesta en las afueras del IEE para presionarlo y agredirlo, por lo que recurre a Armenta para que lo ayude a salir bien librado del organismo electoral y le mande seguridad, cosa que le niegan.

Es cuando entra al quite el exgobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, quien habla con Eduardo Castillo y lo respalda con un equipo legal y con seguridad para evitar que los antorchistas le hagan algo.

Esto, por supuesto, provoca el rompimiento de Lalo Castillo y Alejandro Armenta, quien incluso le ofrece dinero para que deje la diputación, cosa que rechaza tajante.

¿Qué tal?

Hace poco, Armenta criticó al Congreso local por haber aprobado nuevas reformas al Poder Judicial, las cuales, según él, le otorgan poder absoluto a Carlos Palafox Galeana, presidente del Consejo de la Judicatura y quien solo ve temas administrativos.

Sin embargo, Armenta olvida que la titular de ese poder es Margarita Gayosso Ponce, la primera mujer en presidir el Poder Judicial en Puebla.

¿Verdad que es un riesgo el protagonismo de Armenta?

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