La desesperación, el estrés, el nervio a flor de piel y el miedo a la derrota, están provocando todo un caos en la sección 51 del SNTE, gremio en el que en una semana arrancarán las elecciones para definir a su nuevo secretario general.

Y aunque pareciera que en el entorno magisterial no hay sobresaltos, lo cierto es que para algunos las cosas ya parecen muy complicadas.

Es el caso de la planilla que lidera Alfredo Gómez Palacios, quien está recurriendo a la grilla, al golpe bajo, a la mano negra, a la mentira y a personas externas para armar su campaña, a falta del apoyo de la base magisterial.

Gómez Palacios es el alfil del actual líder de la sección 51 del SNTE, Jaime García Roque, pero ahora se apoya en mapaches y movilizadores del PRI, como Rigoberto Ortiz, con la intención de poder levantar sus eventos.

Eventos, por cierto, sobre los que se puede comprobar que existe al menos un 50 por ciento de acarreados, quienes ni siquiera son miembros activos del magisterio sino son los pocos militantes que le quedan al PRI.

Afortunadamente, aseguran, estos acarreados no podrán votar en las próximas elecciones, las cuales seguramente tendrán lugar el próximo 21 de marzo.

El 50 por ciento restante de los borregos de Alfredo Gómez, serían, presuntamente, parte del personal de confianza de la SEP y del área administrativa, quienes ni sindicalizados ni de base son.

Esto, hay que decirlo, tiene muy molestos a los profesores de la sección 51 del SNTE, pues evidentemente el acarrear a personal de la SEP a eventos sindicales no sólo se violan los estatutos del gremio, sino que comprometen la libertad y democracia sindical, además que constituye una intervención de la dependencia en el sindicalismo.

Eso sí, el tema es grave porque recordemos que las divergencias sindicales en el pasado, en algunos casos, han terminado en violencia, en destrozos y se corre el riesgo de que si un empleado de la SEP sale lastimado, sin ser sindicalizado, entonces se constituiría la posible intervención del gobierno en asuntos gremiales.

Se dice que en su momento, el ex gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta intentó presionar a su entonces secretario de Trabajo, Abelardo Cuéllar Delgado, para que los trabajadores del Icatep, que habían ganado laudos renunciarán a sus victorias laborales.

Empero, el funcionario se negó porque ya eran casos ganados años atrás, además que, por ley, estaba impedido para tratar de convencer a sus antes defendidos a bajarse los pantalones ante el gobierno del estado.

Otro caso famoso, fue la intentona del gobierno de intervenir en el sindicato de burócratas, el cual está metido en un brete sindical interno que le impide solicitar incremento salarial ni revisión contractual que afecta a miles de empleados al servicio de los poderes del estado.

Por lo que, si Gómez Palacios sigue infiltrando a empleados no sindicalizados y a movilizadores externos priistas, como Rigoberto Ortiz, la elección del SNTE 51 podría enturbiarse y convertirse en un mega fraude.

Y es que la guerra sucia en la próxima elección magisterial ya empezó, toda vez que la pluma oficial que la hace altavoz de Dinorah García ya envió el mensaje de que la profesora se suma a la plataforma #HagamosQueSuceda, impulsada por Felipe Neri Morán Álvarez, el aspirante, aseguran, mejor posicionado para quedarse con la secretaría general del SNTE 51.

Sin embargo, juran que tal versión es totalmente falsa, ya que únicamente obedece a una estrategia que tiene como fin confundir al magisterio y hacer creer que Felipe Neri y Dinorah García van juntos en la elección.

Lo único cierto es que, aunque se lanzara una nueva planilla para contender por el SNTE 51, organizada, honesta y que no sea una pantomima, ya tampoco podría alcanzar a Felipe Neri Morán.

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