Si algo tiene que hacer el gobernador del estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina , en su administración, a fin de poder mostrarse como un mandatario sensible pero de mano firme, es meter en cintura a los malos presidentes y presidentas municipales.

Lo hizo en su momento Luis Miguel Barbosa Huerta, quien destituyó y encarceló a varios munícipes y ex munícipes que incurrieron en actos de corrupción y de abuso de poder al presuntamente desviar al menos 176 millones de pesos.

Porque una cosa es asumir una actitud de apertura, sensatez y calma, y otra hacerse de la vista gorda para proteger las tropelías y vilezas de los ediles poblanos.

Afortunadamente, el gobernador poblano parece estar decidido a encabezar un gobierno pulcro, alejado de las polémicas y los escándalos.

Por ello, tal vez, es muy cuidadoso en su atención y en sus declaraciones a los medios de comunicación, pues el dejar pasar actos indebidos de cualquier índole por parte de los munícipes sería una falta grave para sus intenciones de ejecutar un buen gobierno.

El tema incluso puede ser muy delicado tomando en cuenta los cambios y enroques que se están dando en el gabinete, justamente para poder impulsar y proyectar una gestión distinta a la de antes.

Me explicó por qué:

Miguel Barbosa en su momento encarceló a ediles como el de Tehuacán, el morenista Felipe de Jesús Patjane Martínez, quien fue acusado por varios delitos como abuso de autoridad, enriquecimiento ilícito y usurpación de funciones.

Al ahora exedil encarcelado en el Centro de Reinserción Social Tepexi de Rodríguez, se le achacó el desvío de por lo menos 120 millones de pesos.

Otro presidente detenido y encerrado por el gobierno barbosista fue el perredista Arturo Cajica Gómez, edil de Acatlán de Osorio, y quien se acusó de los delitos de ejercicio indebido de funciones públicas y enriquecimiento ilícito, por lo que está encarcelado en el penal de San Miguel.

Uno más es el panista Eyerim Espinosa Sosa, edil de Tepeyahualco, quien permitió intervenir y hacer obras para modificar la Laguna de Alchichica, por lo que fue acusado de delitos contra el medio ambiente, y por lo que fue a parar al Penal de Libres.

Eso sí, Barbosa siempre aplicó aquello de “a los amigos la ley y gracia, y a los enemigos la ley a secas”.

Porque nunca juzgó a otros y otras ediles que hoy incluso siguen gobernando y administrando su municipio con los pies, como mejor les place, como se les antoja y hasta como pueden.

Prueba de ello son las presidentas municipales de Huejotzingo, Angélica Alvarado Juárez; la de San Martín Texmelucan, Norma Layón Aarun, y la ex edil de San Andrés Cholula, Karina Pérez Popoca.

A las tres, por su cercanía con el exgobernador, nunca las tocaron, a pesar de haber mostrado que sus gobiernos son y fueron todo un desastre.

La primera, Angélica Alvarado, es el día que no puede con la inseguridad e ingobernabilidad en su municipio; la segunda, Norma Layón, no ha podido con la delincuencia, con las obras de mala calidad y con las acusaciones de corrupción y desvío de recursos; y la tercera, Karina Pérez, nunca logró quitarse el tufo de corrupción por haber favorecido a determinados constructores en su gobierno, por algo Barbosa la iba a encarcelar.

Empero, todo esto viene a colación por el asesinato del menor de edad Juan Cadena Presnos, de 16 años, quien murió por arma de fuego la noche del 21 de febrero, durante la riña entre huehues registrada en el Carnaval de Huejotzingo.

Así es, otra vez en Huejotzingo.

Resulta que es la hora que a “la edil de la muerte”, Angelica Alvarado, no le ha dado la gana declarar y ofrecer disculpas por la muerte del niño Juan.

Ni un tuit, ni un mensaje en redes sociales para los deudos.

Angélica, acostumbrada a los escándalos por su mal gobierno, ha preferido callar, esconder la cabeza, como los avestruces, en la tierra, y hacerse la desaparecida, en vez de dar la cara y afrontar el caos que siempre genera el mentado carnaval de sangre, alcohol y armas que cada año organiza en Huejotzingo.

Total, seguro piensa que para eso están el gobernador y el secretario de gobernación, Julio Huerta Gómez , a quien, por cierto, presume a todo mundo como su “brother”.

Vaya cinismo.

Es en estos casos en los que el gobernador Sergio Salomón Céspedes debe aplicar mano dura.​

Porque no es el primer escándalo que se registra en el municipio que desgobierna la famosa edil de la muerte.

¿O a poco ya olvidó el terrible asesinato de los estudiantes de medicina Francisco Javier TiradoJosé Antonio Parada Cerpa y Ximena Quijano Hernández , quienes asistieron al “famoso” carnaval de Huejotzingo -el 24 de febrero de 2022- y fueron secuestrados, torturados y asesinados, junto con el conductor de UBER, José Manuel Vital Castillo?

Ojalá que el gobernador Sergio Salomón ponga orden en Huejotzingo y meta en cintura a su edil, quien sigue permitiendo el alcohol, las armas y la muerte en las festividades de su región.

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