Por: Alfonso González

Si algo faltaba en el Partido Morena, además de su interminable guerra interna, su incierto futuro político y su peligroso panorama electoral (de cara al 06 de junio), era que sus escándalos sexuales le estallaran como petardo en la mano.

Ya sólo falta que ahora sus funcionarios quieran legislar para legalizar o institucionalizar la nalgada, el manoseo a la mujer y el abuso sexual a menores.

Pero qué asquerosidad es esto, dijera el clásico.

Me imagino la magnitud del escándalo que habría armado Morena y toda su militancia, incluidos gobernantes y funcionarios de menor y mayor nivel, si los escándalos sexuales hubiesen sido protagonizados por la oposición, o por algún otro de sus adversarios.

Hoy, sin duda, ese personaje o personajes estarían tras las rejas.

Pero como no es así, y debido a que los actores y autores de esos episodios de abuso pertenecen a sus filas, y son parte de sus “militantes distinguidos”, en México no pasa nada.

Es más, la política de Morena y de sus funcionarios, para defenderse hoy en día de sus asquerosas debilidades y perversidades es decir que los actos fueron cometidos no como funcionarios de la 4T o de su movimiento, sino como meras acciones de su vida personal y/o privada.

¡Hágame, usted, el chingado favor!

Cualquiera que tenga dos pizcas de cerebro, de sensibilidad, humanidad, honradez, honestidad y respeto, despreciaría la justificación y el tan estúpido y burdo argumento.

Empero, no así el líder de la bancada de Morena en la Cámara Baja del Congreso de la Unión, el poblano Ignacio Mier Velazco, quien piensa todo lo contrario, pues decidió defender a su compañero de bancada, Saúl Huerta Corona, y decir que el abuso en agravio del menor lo cometió no como diputado sino como cualquier persona común y corriente, por lo que no le afecta.

Es decir, quiso defenderlo, pero, estúpidamente, se hundió con junto con él.

¿Pensaría lo mismo Nacho Mier si el menor agraviado fuese su conocido?

O peor aún, ¿si fuese su familiar?

¿Habría dicho lo mismo?

Ya sólo le faltó vomitar a Nachito que Mario Marín Torres, el “gober precioso”, es tan inocente como Pepe “El toro”.

Sin embargo, como es un líder más de Morena ve las cosas muy sencillas, sin complicaciones, sin delito que perseguir u observar en los abusos de sus correligionarios.

Seguro por eso vociferó y escupió una sarta de sandeces e idioteces al momento que los reporteros le preguntaron su opinión sobre el caso de Saúl Huerta.

Que lástima que Nachito Mier no le haya aprendido nada al pulcro Enrique Doger Guerrero, quien debería jalarle las orejotas y zapearlo para que no vuelva a actuar como un asno -con todo respeto para los asnos-, cuando de tratar asuntos políticos delicados se trata.

Porque si la reprimenda a Nacho se la dejásemos a Mario Delgado Carrillo, dirigente nacional de Morena, seguro nos quedaríamos esperando, además que ya nos habría agarrado chorrillo del coraje.

Los escándalos sexuales de los morenistas Félix, “el toro”, Salgado Macedonio, el frustrado aspirante a gobernador por Guerrero; de David Monreal Ávila, candidato al gobierno de Zacatecas; y el más aberrante, asqueroso e inmoral, por ser el más reciente, de Saúl Huerta, diputado por el distrito 11 de Puebla y candidato por la misma demarcación, deben implicar acciones legales.

Deben convertirse en casos ejemplares en Morena de lo que no se debe hacer en política. Y debieran ser ejemplo de cómo se debe castigar a un funcionario público que abusa de su poder, político y económico.

Al aún diputado federal poblano Saúl Huerta deberían, su partido y sus compañeros de bancada, desaforarlo, denunciarlo y encarcelarlo.

De poco o nada servirá que le hayan quitado la candidatura para poder relegirse si seguirá libre acosando y haciendo sus porquerías en agravio de los niños. Y de los menores poblanos, como ya vimos.

Y si esto no obliga al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a dar un manotazo en la mesa, y a entender que no puede estar defendiendo a presuntos violadores, o abusadores de mujeres y niños, sólo porque son sus amigos, ya quedaría claro que las cosas en México están totalmente del carajo.

Afortunadamente, para los poblanos, se acercan las elecciones y decidiremos si seguimos o no confiando en Morena.

Eso sí, antes de votar hay que reflexionar “caras vemos, diputados federales, y morenos, no sabemos”.

¡Muy abusados!

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