El 2021, para algunos obnubilados de la aldea, se presenta como una nueva oportunidad para regresar a la escena política tras tres años de un exilio obligado por la irrupción de la 4T en gran parte del país.

La elección intermedia del próximo año, en la que estarán en juego las 217 alcaldías y las 41 diputaciones locales, se presenta no sólo como el gran primer referéndum del gobernador Miguel Barbosa y de Morena en Puebla, también como la lucha entre la continuidad el actual proyecto bajo los ideales lopezobradoristas o el regreso al pasado corrupto y oscuro del régimen morenvallista.

Es por esto que muchas viudas y huérfanos del siniestro Rafael Moreno Valle ven en los comicios del 2021 una posibilidad de recuperar un poco de lo perdido en el proceso del 2018 cuando el tsunami de Andrés Manuel López Obrador pintó de marrón a todo el estado.

Antes de su detención en marzo pasado, el preso Eukid Castañón sostuvo una serie de reuniones con lo que queda del disminuido morenovallismo y con la estructura de hampones y maleantes, quienes conformaron los grupos de choque y políticos con los que el ex diputado federal reventó las elecciones del 2013, 2015 y la sangrienta y fraudulenta del 2018.

Con su aprehensión, los planes de Castañón Herrera de regresar al poder el próximo año se vieron frustrados y la mayoría de integrantes de su estructura electoral-financiera, entre los que destaca la marginal y radical lideresa estatal del PAN, Genovea Huerta, ya son investigados por desvío de recursos públicos, corrupción y operaciones con recursos de dudosa procedencia.

La mayoría de gánsteres, quienes se beneficiaron de todas las pillerías y perversidades del siniestro Rafael Moreno Valle, hicieron acuse de recibo. Sin embargo, existen algunos “valientes”, que quieren seguirle “rascando los huevos al tigre”.

Tal es el caso de Florentino Alonso, hermano de la difunta exgobernadora Martha Erika, quien de la mano del intransitable Michel Chaín, busca ganar posiciones políticas en la elección intermedia del 2021.