Resulta muy curioso, por no decir inverosímil, la versión de Emilio Lozoya sobre el supuesto soborno que el ex director de Pemex habría entregado a Miguel Barbosa para que la bancada del PRD en el Senado de la República votara en el 2014 a favor de la Reforma Energética, la cual fue la punta de lanza del escándalo de Odebretch en México.

Este lunes, el periodista y vocero de la BOA, Ciro Gómez Leyva, tuvo acceso —según él y sin mostrar el documento oficial— a la declaración de hechos de Lozoya Austin para buscar el criterio de oportunidad, la cual es un Secreto de Estado y de la que la información está saliendo a cuenta gotas, en la que presuntamente se detalla la red de sobornos que fueron entregados a siete legisladores por un monto de 80 millones de pesos para operar a favor de la ya citada Reforma Energética.

Al decir de Lozoya, siempre en la voz de Gómez Leyva, el ex subordinado del presidente Enrique Peña Nieto era un simple peón que seguía las indicaciones de Luis Videgaray, el poder detrás del trono, quien desde la secretaría de Hacienda habría fijado los montos y fechas para entregar los millones de pesos a los legisladores señalados por el otrora director de Petróleos Mexicanos.

De acuerdo con el endeble reportaje a modo presentado en el horario estelar de la noche en Imagen Televisión, Lozoya habría entregado sobornos a los senadores panistas Ernesto Cordero, Francisco Domínguez, Jorge Luis Lavalle y a Salvador Vega Casillas, así como al diputado federal y candidato fallido a presidente de la República, Ricardo Anaya; también a los senadores Miguel Barbosa y David Penchyna, del PRD y PRI, respectivamente.

La nota de Imagen Noticias, que más bien parece un mensaje siciliano, sólo hizo hincapié en dos personajes: Anaya Cortés y Barbosa Huerta.

Aquí comienza a percibirse el olor a podrido.

Según por la versión del ex funcionario federal, Miguel Barbosa, entonces coordinador de la bancada del PRD en la Cámara alta, habría pedido 100 mil dólares, que al tipo de cambio en el 2014 eran un millón 329 mil pesos, y un favor personal a cambio del voto de la fracción del Sol Azteca a favor de la Reforma Energética.

La historia la conocemos todos: Barbosa Huerta, desde la presentación de la legislación que permitía la entrada de capitales para la explotación y comercialización del petróleo e hidrocarburos en México, se mostró en contra de esta iniciativa impulsada por el gobierno peñista y votó, junto con el resto de senadores perredistas, en contra de las reformas constitucionales.

Regresando a los ridículos dichos de Lozoya replicados por Ciro Gómez Leyva, Miguel Barbosa supuestamente solicitó 1.3 millones de pesos para repartirlos entre 22 senadores que conformaban la bancada del Partido de la Revolución Democrática en el Senado.

Es decir, cada voto de los legisladores del Sol Azteca habría costado apenas 60 mil pesos.

¿Alguien puede creer que un senador vendió su voto por 60 mil pesos cuando las bolsas con millones corrían como cafés y galletas por la Torre Pemex?

En diciembre de 2016, tras un acuerdo del Departamento de Justicia de Estados Unidos y el conglomerado de construcción brasileño Odebrecht de delación premiada, esta última reveló haber configurado un sistema de soborno y fraude masivo en 12 países durante al menos una década, pagando al menos 788 millones de dólares en sobornos a funcionarios de gobierno, partidos políticos y candidatos con el fin de obtener ventajas en la adjudicación de contratos de obra pública y en el desarrollo de sus negocios en distintos países.

Tan sólo en Ecuador se repartieron más de 350 millones de dolares.

Entonces ¿Miguel Barbosa como líder de la principal bancada de oposición en el Senado de la República sólo pidió 100 mil dólares a repartirse entre una veintena de compañeros cuando los sobornos entregados por la firma brasileña rebasaban los miles de millones de pesos?

Algo no cuadra en los dichos de Lozoya contra Barbosa.

Y es que resulta muy contradictorio que entre todos los cinco senadores del PAN entre los que se encuentra también un gobernador, Ciro Gómez Leyva sólo se haya enfocado en el mandatario poblano a quien constantemente ataca en su noticiero nocturno en Imagen Televisión, y también en su programa radiofónico en Radio Fórmula.

Si le creemos a Lozoya y a Ciro Gómez Leyva, hasta Ricardo Anaya se embolsó seis veces más de lo que Miguel Barbosa presuntamente recibió, pues al entonces coordinador legislativo del PAN en San Lázaro le tocaron 6 millones de pesos, por los 100 mil dólares que, se dice, entregaron al ex líder de los senadores del PRD.

¿No nos dijeron en la fraudulenta campaña del 2018 que Barbosa era multimillonario?

¿En dónde quedó la supuesta fortuna del gobernador de Puebla?

¿Quién se beneficia con este golpe al mandatario poblano?

Pónganse de acuerdo, señores.

No cabe duda que el caso Odebretch es cada día más un show mediático que un acto de justicia.

Un voto a favor de la Reforma Energética de un senador de oposición costó 60 mil pesos, al decir de Lozoya.

Por favor.