Por: Alfonso González

Aunque el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta sabe perfectamente que la dirigencia nacional de Morena, encabezada por Mario Delgado Carrillo, juega con sus enemigos en el mismo partido, no ha tenido empacho en mover su ajedrez en los tiempos electorales.

Sabe que en Puebla es él quien tiene la sartén por el mango.

Perdió la candidatura a la presidencia municipal ante Claudia Rivera Vivanco, la actual abanderada, pero tiene el control de los órganos electorales en el estado, el de la Auditoria Superior del Estado (ASE) y de todas y cada una de las secretarías.

Esto le permite contar aún con un buen capital de negociación político-electoral que, desde luego, es delicado y de suma importancia.

Es decir, al gobernador Barbosa le ganaron una batalla en la capital, pero no la guerra completa.

Si se gana la capital, y Claudia se alza con el triunfo, entonces querrá decir que el Congreso del Estado tendría mayoría para Morena por un segundo periodo, porque quien gana la ciudad prácticamente gana la elección.

Aunque la batalla entre grupos, de cualquier forma, seguiría porque la disputa interna en Morena parece que no cederá.

El barbosismo aún tiene mucho margen de maniobra.

Y es que, si él gobernador no va a ser el ganador de la elección, tampoco piensa dejar el camino libre y tan fácil a sus adversarios.

Allí está el ejemplo de las obras que el Ayuntamiento de Puebla arrancó en el zócalo de la ciudad, pues más tardaron en anunciar las acciones municipales que en lo que la Secretaria de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial, encabezada por Beatriz Manrique Guevara, llegó y clausuró la obra.

El gobernador Barbosa dejó caer su mano y mostró su autoridad.

La sede del partido Morena, otro ejemplo, está tomada desde hace semanas y no se ve para cuándo sea liberada, o cómo pueda darse un acuerdo que le permita a la dirigencia retomar el inmueble.

Y lo mismo sucede en el tema de fiscalización y la ASE.

Por algo los panistas morenovallistas, particularmente los que son candidatos a alguno de los cargos públicos que se sortearán el próximo 06 de junio, ni se mueven.

Bien dicen, “el miedo no anda en burro”.

Los abanderados panistas a una de las diputaciones federales por Puebla están centrados en criticar y fustigar el gobierno municipal única y exclusivamente, mientras que al estado y al titular del ejecutivo ni lo tocan.

Genoveva Huerta Villegas, la dirigente estatal panista es la que ha puesto el ejemplo, porque lanza “criticas agudas” pero ya no incluye el nombre del gobernador Barbosa en sus redes, o en sus tuits, por ejemplo.

Desacredita sólo la marca Morena, no así la corriente política que controla el estado.

La líder panista sabe que en cualquier momento pueden reactivarse las investigaciones que existen contra ella por presuntamente formar parte de la “estructura maya”, o por sus vínculos con Eukid Castañón Herrera, ex operador político del morenovallismo y actualmente preso por varios delitos graves.

Para los panistas es preferible hacerse el loco y desviar la atención, que enfrentar alguna denuncia de la ASE por desvío de recursos, o cualquier otro delito relacionado.

Lo mismo hizo el dirigente panista del municipio, Jesús Zaldivar Benavides, quien de plano olvidó por completo que el barbosismo es el que gobierna el estado y no el gabinete de la hoy candidata Claudia Rivera.

Chucho se lanzó, por sus cuentas pendientes en el Conalep, sólo en contra del Ayuntamiento y se sumó a los panistas que ni oyen, ni ven nada que no tenga que ver con los problemas en la capital.

Al fin y al cabo, la elección ya está al a vuelta de la esquina y confían en que el PAN irá ganando terreno.

Eso sí, falta que esto se haga realidad.

Por lo pronto, el mandatario estatal analiza la próxima jugada de su ajedrez político, y dicen los que saben que esta podría darse en el Instituto Electoral del Estado (IEE).

Lo cierto, es que la guerra intestina en Morena continúa y no parece terminar.

¿Llegará el mensaje de la CDMX, de Palacio Nacional, que tanto se espera para poner orden en Morena y en Puebla?

Se me hace que se van a tener que sentar a esperar.

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