La alcaldesa Claudia Rivera está apostando todo su futuro político cercano al concreto, a las palas y a las retroexcavadoras.

El proyecto de la reelección de Rivera Vivanco estará basado en un ambicioso plan de infraestructura para la Angelópolis de más de 700 millones de pesos a ejecutarse antes de febrero, mes en el que el proceso interno de Morena ya deberá tener claro al abanderado que el partido lopezobradorista postulará para retener la alcaldía de la capital del estado.

Rivera Vivanco, a ciegas, ya puso su all in sobre la mesa sin ni siquiera tener claro ni el método por el que será elegido el candidato del Movimiento Regeneración Nacional para la presidencia municipal de Puebla ni mucho menos el género.

Nadie puede cuestionar la valentía ni el arrojo de Claudia Rivera.

La ruta de la reelección trazado por Rivera, es precisamente eso: un camino que se construirá con cemento y varillas.

Además de las eventualidad y circunstancias partidistas ¿Cuáles son los riesgos del ambicioso plan de infraestructura en el que Claudia Rivera está basando su reelección?

Una de las máximas electorales dice que las obras no se traducen en votos, pues “los ciudadanos no se llevan un pedazo de cemento a sus bolsillos”.

El ejemplo perfecto de esta premisa es lo sucedido durante el oscuro régimen del siniestro Rafael Moreno Valle, quien, a pesar de todas las obras faraónicas realizadas jamás logró traducir su plan de infraestructura en votos, al contrario, siempre fue criticado por los sobrecostos, la corrupción, las licitaciones amañadas, el retraso, la mala calidad y la inoperancia de los proyectos realizados a lo largo de su gobierno de ocho años.

Además, el gobierno morenovallista, como es sabido, encontró en la obra pública encontró el método perfecto para desviar miles de millones de pesos para sus fines perversos y para inyectar con recursos públicos su campaña presidencial fallida.

Aunque a primera vista, los 500 millones que se redirigieron para el Plan de Infraestructura municipal —que se suman a los más de 200 millones que ya estaban programados en el presupuesto de la dependencia para este año—, son una bolsa bastante imponente, la realidad es que podría convertirse en el Waterloo de Claudia Rivera.

Y es que, el Plan de Infraestructura de la gestión riverista debe ser operado de manera quirúrgica y sin ningún error, ya que cualquier rastro, por mínimo que sea, de corrupción o de procesos amañados en los concursos de licitación; retraso en la ejecución; sobrecostos en las obras o vicios ocultos una vez concluidas las mismas, serán suficientes para derrumbar el plan reeleccionsta de la alcaldesa poblana.

De hecho, los proyectos de embellecimiento del Centro Histórico, la remodelación de la Calle 5 de Mayo y la modernización del Bulevar Xonaca, así como las obras en las juntas auxiliares, ya van a contratiempo, pues los expertos en construcción consultados por este reportero coinciden que proyectos de este tamaño, al menos, se llevan ocho meses, pues iniciarán en plena temporada de lluvias y es muy complicado avanzar de aquí a que terminen los vendavales.

Es pocas palabras, Rivera Vivanco ya habrá pedido licencia como presidenta municipal de Puebla y no podrá inaugurar las obras y saldrá de la Comuna capitalina con una ciudad en pleno caos vial y con el malestar que esto genera entre la población, ya que, si se ejecutan en tiempo, las obras concluirán a finales de abril, fecha en la que la actual alcaldesa estará en plena lucha interna para repetir como candidata de Morena en la elección intermedia del próximo año.

En el 2016, Tony Gali basó su precampaña al gobierno del estado en un programa de 18 acciones durante su pasajera estadía en el Charlie Hall y en la reconstrucción del Puente 475 como punta de lanza de su candidatura. Como reloj suizo, el ex edil capitalino logró sacar adelante su plan de infraestructura y logró aparecer en las fotos de las inauguraciones para amarrar su victoria en los comicios en los que se enfrentó contra la priista Blanca Alcalá.

Cualquier error, por mínimo que sea, podría ser catastrófico para la presidenta municipal.

Los riesgos del ambicioso plan de infraestructura de Claudia Rivera son latentes.

Una reelección que podría ser firme como cemento o endeble como el lodo.

Claudia Rivera se enfrenta a su destino, un destino de pala y pico.

¿La bolsa de más de 700 millones de pesos serán suficientes para salvar a la alcaldesa poblana?

Veremos.