No es posible que en medio del caos mundial generado por el Coronavirus o Covid-19 nuestras autoridades, empezando por el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador (AMLO), continúen generando violencia y enfrentamientos de todo tipo.

Es inadmisible que sigan fomentando guerras personales y colectivas que no dejan, ni dejarán nunca nada bueno.

¿Pues qué no ven lo que está sucediendo en los Estados Unidos (EU)?

¿No ven que el enfrentar y/o dividir a la gente es como una bomba de tiempo, un arma de dos filos?

El Covid, sin duda, ha dejado dos cosas muy importantes a la raza humana:

  1. El entender que podemos desaparecer en un muy corto tiempo si no cuidamos el medio ambiente, los experimentos con seres vivos y con los que tienen que ver con armas químicas, con nuestro entorno, y también a los animales, al aire y al agua.
  2. Y el comprender que si no logramos respetarnos y ayudarnos entre sí, que si no somos solidarios con el de enfrente o con el de al lado vamos a generar otra guerra que va a poner de cabeza al mundo.

¿Es tan difícil entender esto?

¿No basta con la emergencia sanitaria para estar en paz?

¿No es suficiente el coletazo económico que nos va a dejar el encierro y la pandemia?

¿No es suficiente el trauma que nos está dejando el tener que resguardarnos y prácticamente escondernos de los demás?

Que pinche necedad de estarnos jodiendo la vida unos con otros.

¿Por qué carajo dividirnos y enfrentarnos sólo por los traumas de alguien?

¿Por qué seguir fomentando el odio y el rencor?

Que tristeza que Morena y el presidente AMLO hayan sido pan con lo mismo.

Porque evidentemente todos los males del sistema político mexicano siguen vigentes y avanzando en el actual gobierno federal, y en muy buena medida.

Allí está el ex gobernador poblano Manuel Bartlett Díaz y su cachorro.

Fue una vil mentira eso de que el país cambiaría.

Sigue igual o peor.

Y claro que en sexenios pasados los excesos y la corrupción fue excesiva, nadie pudo pararla, ni el PAN, ni el PRI.

Sin embargo, me parece que había un poco más de solidaridad, se respetaba mucho más a la prensa, por ejemplo, a los periodistas, a los reporteros, a los medios en general.

Hoy por hoy, desde el presidente de la república, cualquiera califica, desacredita, insulta y denuesta a los medios y a sus protagonistas.

Y no estoy diciendo que los medios y los periodistas son unas blancas palomas porque todos tenemos errores; eso sí, unos la tienen muy corta, pero otros tienen una cola muy pero muy larga.

Porque nadie es un pan de Dios en esta vida, y menos los medios de comunicación.

Sin embargo, como en todo, también en los medios hay buenos y malos.

En Puebla hay medios y periodistas respetables, hay también quienes se dedican a extorsionar con un lapicero o con una pluma, y en el gremio todos nos conocemos, sabemos quién es quién.

A pesar de ello, en lo personal me sigo preguntando ¿qué necesidad tienen los políticos de estarse peleando con los medios?

Y peor aún si no ofrecen argumentos válidos para atacarlos y denigrarlos.

Esto viene a colación, por supuesto, por el cobarde ataque en agravio de mi amigo el periodista Ricardo Morales y su familia.

A la familia no se le toca, mucho menos cuando hay menores de edad de por medio. Eso me parece muy vil, asqueroso e infamante.

Los medios deberíamos solidarizarnos todos con aquel que sea agraviado porque sin los informadores los políticos no son nada.

Ojalá que hubiese ese sentimiento y apoyo en Puebla, y en general en todo el país.

Y ojalá el auditor del estado, Francisco Romero Serrano, lo entienda.

Porque, insisto, ni todos somos tan buenos, ni todos somos tan malos.

Y algo que deben recordar los políticos cuando están en el poder es que “ellos sólo están de paso, nosotros aquí seguiremos”.

Desde aquí mi apoyo y solidaridad para mi amigo Ricardo y para su familia.

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Los 28 años del periódico Síntesis

Desde aquí mi más sincera felicitación a toda la familia y al equipo que hace realidad el periódico Síntesis. En especial para Don Armando Prida Huerta, el presidente del rotativo; a Enrique Prida y a Oscar Tendero, quienes se mantienen al frente de la empresa.

28 años se dicen fáciles, pero mantenerse y continuar el trabajo periodístico no es tan sencillo. Afortunadamente, Síntesis es una empresa sana y con número negros que goza de cabal salud.

La verdad ha sido un placer y todo un orgullo formar parte de esta gran familia periodística, en la que llevo muchos años.

Así que sirva el mensaje para desearle al periódico Síntesis muchos años más de vida, y lo mismo a su creador, mi jefe Don Armando Prida.

Abrazo a la distancia para todos.

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