Prensa estadounidense ha informado que el Congreso de Oklahoma aprobó un proyecto de ley que convierte el aborto en un delito grave con penas de hasta 10 años de prisión.

Se destacó que es cuestión de horas para que el gobernador Kevin Stitt, quien respalda la medida, firme el proyecto para su promulgación.

Se añadió que toda persona que realizase el aborto, no la madre, enfrentaría hasta 10 años de prisión y una multa de 100 mil dólares.

Los políticos antiaborto han renovado su ímpetu tras la decisión del máximo tribunal de permitir que las recientes restricciones al aborto en Texas permanezcan inamovibles.

La ley de Texas, una de las más restrictivas en décadas, deja la aplicación en manos de ciudadanos privados, quienes tienen derecho a cobrar una “recompensa” de 10 mil dólares si presentan una demanda exitosa contra cualquier ente o persona que ayuda a una paciente a abortar.