Con el rito de imposición de la ceniza, la Iglesia inicia el tiempo de Cuaresma tiempo de oración, penitencia y ayuno; cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón y que este 2021 se lleva a cabo de manera diferente por la pandemia de Covid-19.

A diferencia de años anteriores, en esta ocasión los sacerdotes toman la ceniza y la dejan caer sobre la cabeza de los fieles.

La ceniza recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo. La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba.

En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad, al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos.