Ahora que el pleito por la candidatura de Morena al Ayuntamiento de Puebla ha subido de tono, y mantiene en un evidente enfrentamiento a la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco y al líder del Congreso local, Gabriel Biestro Medinilla, seria bueno preguntarse si existe la posibilidad de un tercero en discordia.

Un aspirante emergente, ciudadano, bien visto por los poblanos, que cuente con arrastre, buena imagen y aceptación.

Así es, alguien que pudiera incluso competirle la Comuna poblana al más perfilado y con mayores posibilidades de triunfo hasta hoy, el ex edil panista Eduardo Rivera Pérez.

Porque los estudios de opinión, las encuestas y demás análisis realizados por Morena y por el resto de los partidos arrojan como puntero al panista, quien sólo tendría que pasar la aduana de su partido para convertirse en candidato.

Y es que hay que decirlo, Lalo primero tendrá que negociar, acordar y pactar al interior de su partido para poder ser el abanderado albiazul, y después empezar a armar su campaña, su gabinete y demás proyecciones de cara al 2021.

Posteriormente, tendrá, ahora sí, que meterse de lleno a la disputa por la presidencia municipal apoyado por el PAN, partido con el que únicamente podría ganar, a fin de realizar alianzas y perfilarse al triunfo.

Porque Eduardo Rivera si bien le saca una gran ventaja a sus más cercanos competidores -de hasta 15 puntos-, tampoco tiene garantizado que sea el ganador de los comicios del 06 de junio entrante.

Y allí está como ejemplo la última elección en la que jugó.

En 2018 fue derrotado por la hoy edil capitalina Claudia Rivera, quien, sea como sea, apoyada con la ola obradorista o no, pudo derrotar al PAN y a Lalo en las urnas.

Así que en este punto es donde la puerca torció el rabo.

Aquí aplica el planteamiento de que si Morena no le gana al PAN ni con Biestro ni con Claudia Rivera entonces requeriría un tercero en discordia.

Un candidato con mayores posibilidades de triunfo, con una mejor imagen y con mucha más aceptación entre la población.

Ayer, la última encuesta de Campaigns and Elections Research (C&E) le dio al rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, 20 puntos de preferencia, mientras que a Lalo Rivera un total de 22.

Apenas son 2 puntos de diferencia entre uno y otro.

El gobernador de la Benemérita universidad, hay que decirlo, no está en campaña ni tampoco se ha pronunciado por buscar un cargo de elección popular para dejar la institución.

Sin embargo, sus posibilidades sí son muchas en caso de que así lo decidiera.

Habrá que recordar que el rector Alfonso Esparza libra una batalla contra el gobierno del estado, prácticamente desde que Morena y la 4T empezaron la administración, la cual le ha servido incluso como plataforma.

A la fecha, el representante de la BUAP se ha mantenido ajeno a las cuestiones políticas, desde el morenovallismo, con el que también se enfrentó, y le ha dado prioridad a la atención, desarrollo y crecimiento de la institución.

Empero, sería muy interesante, en caso de que pudiera darse, ver una elección con candidatos fuertes, con mayor apego a la sociedad, con perfil ciudadano y con números para competir.

En lo personal, me parece que el rector de la BUAP podría inclinarse más por una candidatura a diputado federal para ir construyendo un nuevo proyecto, insisto en caso de que pudiera darse esa posibilidad.

Sin embargo, habrá que esperar los tiempos, las circunstancias políticas y universitarias, así como las propuestas de los distintos partidos para con el rector, quien seguramente tendría que opinar si tiene en su radar la posibilidad de participar o no en los comicios del 2021.

Por lo pronto, el PAN, según C&E, sigue punteando las preferencias en la capital, seguido por Morena y muy por debajo por el PRI.

Los tiempos se agotan, eso sí, y cada día está más cerca la definición de las alianzas, la postulación de los aspirantes y la designación de los candidatos.

Y sí, la próxima elección en Puebla va a ser una lucha sangrienta a muerte.

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