Está claro que la estrategia y el trabajo emprendido por la hoy ex secretaria de turismo en Puebla, María de los Ángeles Fabiana Briseño Suárez, en la dependencia y en los hechos nunca funcionó.

La ex funcionaria nunca hizo clic con el sector en Puebla.

Y, tal vez, ni con su propio equipo de trabajo porque parece que este le quedó muy mal.

Son muchas las anécdotas y comentarios en torno al trabajo de Fabiana, quien llegó a la dependencia con muy buenas cartas de recomendación, con una gran expectativa, sí, pero con una gran responsabilidad a cuestas.

Así es, tenía que suplir en el cargo a Alejandro Cañedo Priesca, quien toda su vida ha comido y bebido turismo, un sector por el que prácticamente ha transitado toda su vida, e incluso como empresario.

Alejandro Cañedo, sin lugar a duda, ha sido uno de los mejores titulares de turismo en el estado.

El trabajo y el reto para Fabiana, entonces, no eran nada fáciles.

Tenía que superar las expectativas, superar las metas y logros pasados. Tenía que haber logrado, al menos, una sede como la que consiguió Puebla cuando fue sede nacional del Tianguis Turístico sin ser un destino de playa.

Sin embargo, no fue así.

La Secretaría de Turismo nunca arrancó, ni despegó, ni mucho menos conectó con los empresarios del sector, con los proveedores, con los restauranteros, con los tour operadores, y lo peor, ni con los medios de comunicación.

Se supone que el equipo integrado por la entonces secretaria era el más capaz, el más preparado, el más inteligente, el más experimentado y el más experto.

Me pregunto, ¿qué fue lo que sucedió?

¿Falló Fabiana, falló y la vendió su equipo?

¿Qué pasará ahora con sus flamantes asesores?

¿Quiénes la asesoraron, o quiénes la mal aconsejaron?

¿También se tendrían que ir, o no?

¿Qué sucederá con el subsecretario Marte Luis Molina Orozco, quien estaba encargado de representar la ausencia de Fabiana en eventos, reuniones, viajes, firmas de convenios, entre muchas otras cosas más?

¿Y toda la experiencia de Marte?

Porque el subsecretario, hay que subrayarlo, formó parte del hoy extinto Consejo de Promoción Turística de México (CPTM).

¿Qué pasó entre ellos?

¿Quién falló?

Porque al parecer Fabiana ni enterada estaba, cuando todos en su oficina sí, que su cabeza ya había sido cortada, y que incluso ya tenía relevo.

Por algo se enojó cuando se le cuestionó por la trascendencia de su salida, de la que no sabía absolutamente nada.

Empero, la salida de Fabiana parece más un tema de nulosresultados que una cuestión política.

El gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta ha mostrado que es implacable y que no perdona las equivocaciones, y mucho menos tiene empacho en remover de su gobierno a quien no da resultados.

Y en ese contexto, si nos vamos a lo esperado por su administración en materia de turismo, entonces tendríamos que señalar que Fabiana no cumplió con su trabajo.

 

Se supone que la desaparición del CPTM, anunciada por el Secretario de Turismo Federal, Miguel Torruco Márquez, se dio a fin de cambiar la estrategia en el sector, para poder ahorrar y evitar más endeudamiento al sector y al país.

La eliminación de ese organismo significó al país un ahorro de al menos 24 mil millones de pesos, los cuales fueron mal gastados, según Torruco, por el gobierno de Enrique Peña Nieto debido a que no sirvieron de nada a la promoción turística.

En su momento, Miguel Torruco calificó incluso como “resultados mediocres” los arrojados por el CPTM durante el gobierno peñista.

La intención y la orden del gobierno federal, vía turismo y Miguel Marques, siempre fueron promover al país a través de programas integrales apoyados por todos los gobiernos estatales.

Y el objetivo vigente para el país es integrar “atractivos ancla”, así como el programa denominado “Reencuentro con mis raíces”, el cual permite que los mexicanos que están en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, vacacionen y gasten en México.

Cosa que en Puebla tampoco se dio.

Aunado a ello, la parte tecnológica, las redes sociales y los medios de comunicación, según la estrategia de turismo federal, siempre han jugado un papel importante en la visión internacional de turismo federal, lo que tampoco se dio en el estado.

En Puebla no ha habido una promoción turística efectiva, no se ha brindado un apoyo real a los empresarios ni chicos, ni medianos, ni grandes.

No hay ni siquiera un proyecto base, ancla, o principal, que de dirección y rumbo al turismo.

El turismo en Puebla está a la deriva.

Es más, si de promoción turística se habla para Puebla la cosa se pone peor.

¿Quién sabe que habrá hecho José Luis Arellano Zuradeli, titular del área para promocionar al estado durante la gestión de Fabiana Briseño?

 

Porque el turismo en Puebla, como a nivel nacional, por la maldita pandemia y el Covid-19, está muy enfermó y en terapia intensiva.

 

Ni el proyecto de “Puebla es Romance” que se pretendía lanzar, ni la marca millonaria y diseñada por la gestión de Fabiana, ni mucho menos la estrategia para promover a Puebla, resultaron.

¿Todavía se preguntan por qué hace falta una limpia el turismo?

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