Ahora que la Comisión Nacional de Elecciones (CNE) del partido Morena decidió agregar a tres perfiles más –para sumar un total de siete–, los cuales serán medidos en la encuesta final que definirá al coordinador estatal y candidato a la gubernatura de Puebla, sería bueno preguntar ¿qué criterio pesa más?

Así es, ¿el juicio de la CNE de Morena, o el del Consejo Político Estatal del partido de la 4T en la entidad?

¿Qué razonamiento es más definitorio?

¿Quién tendrá la razón?

¿Qué visión será la acertada?

Porque en días pasados el consejo morenista votó y eligió a Julio Huerta Gómez, a Ignacio Mier Velazco, a Olivia Salomón VIvaldo y a Lizeth Sánchez García como sus propuestas para que sean las que compitan por el cargo de coordinador o coordinadora de los comités de Defensa de la Cuarta Transformación en el estado.

Sin embargo, ayer el propio dirigente nacional del partido de la 4T, Mario Delgado Carrillo, adelantó que a esta lista se sumarán el senador Alejandro Armenta Mier, el exdelegado de Bienestar Rodrigo Abdala Dartigues y la exedil Claudia Rivera Vivanco.

Sobre Armenta, el dirigente morenista argumentó que es quien lidera casi todas las encuestas, por lo que deberá estar en la final.

De Abdala, dijo que es un personaje “conocido”, mientras que Claudia es “muy conocida” por el cargo que desempeñó como edil en la capital del estado.

Y aunque en el caso de los aspirantes o corcholatas de Puebla suman un total de siete, Mario Delgado precisó que pudieran ser, tal vez, un máximo de ocho los que entren a la última medición, ya que la intención es no excluir a nadie para que la encuesta final defina.

Habrá que recordar que el Consejo Político de Morena en la entidad está controlado por Julio Huerta y por el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina.

Era lógico, entonces, que fuesen los gallos del mandatario los que salieran beneficiados del consejo estatal.

En aquel momento no hubo sorpresas y, me parece, se hizo alarde de una ventaja engañosa, toda vez que, como lo remarcó siempre la CNE de Morena y la propia convocatoria, será la encuesta final la que decida quiénes serán los candidatos de Morena a las nueve gubernaturas del país que se van a renovar en 2024.

Por eso insisto y vuelvo a preguntar: ¿qué criterio pesa más en la inclusión de perfiles, el de la CNE o el de los nueve consejos estatales, como el de Puebla?

Me parece que Morena empieza a darle un poco más de certidumbre a su proceso interno y empieza a tener forma, por lo que si realmente el candidato de Puebla se define por una encuesta final, ya sabemos quién sigue, hasta hoy, llevando la delantera.

Eso sí, aún está el factor Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien sigue siendo el gran elector, a pesar de la opinión de Claudia Sheinbaum Pardo, la candidata presidencial de la 4T.

Y un último elemento que no hay que perder de vista es el derecho de veto del que podría echar mano el gobernador Sergio Céspedes, en caso de que sus pupilos no prosperen.

Porque, como lo dije en otra entrega de Posdata, si en Puebla aplica aquello de “gobernador no pone gobernador”, al menos debería funcionar la máxima de “gobernador sí veta gobernador”.

Ya solo como colofón preguntaría ¿Quién es el negrito en el arroz de las corcholatas poblanas, con quién están a disgusto casi todos?

Voy y vengo…

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