Si alguien pensó que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dejaría en manos de los poblanos la designación del próximo candidato de Morena al gobierno del estado en 2024, está muy equivocado.

Prueba de ello, es el veto que propinó al ahora exsubsecretario de gobernación Ardelio Vargas Fosado, quien apenas duró unos cuantos días como funcionario.

Esto demuestra que el mandatario nacional está muy pendiente e interesado en Puebla.

Y eso, también, ofrece un nuevo panorama que permite dilucidar quién podría ser el abandero de la 4T en los comicios de Puebla en 2024, cuando se juegue la gubernatura del estado.

Tal vez un detalle importante, en ese sentido, sea la presencia del único poblano en el evento multitudinario del fin de semana pasado, para disque celebrar el arribo de AMLO al gobierno de la república.

Ese poblano fue el mismísimo Ignacio Mier Velasco, quien flanqueó al presidente en el templete desde donde ofreció su largo discurso por el festejo del triunfo de la cuarta transformación.

El caso es que AMLO quiere Puebla a como dé lugar.

Y lo quiere por distintas razones; la más importante, tal vez, es porque el padrón electoral de Puebla es uno de los más abultados en todo el país.

¿A quién favorecerá, entonces, el dedito flamígero de AMLO?

Porque ya demostró que en Puebla quiere orden y lealtad, cosa que no tuvo con el barbosismo.

¿Quién de las corcholatas locales se lo garantiza?

Por ello es tan importante el mensaje enviado ayer por el presidente a Puebla, al gobernador y al resto de los poblanos.

Y si a esto le sumamos el acuerdo (negado por ambos) entre Alejandro Armenta Mier y Julio Huerta Gómez, senador y exsecretario de gobernación en Puebla, respectivamente, las cosas se ponen calientitas.

Porque no por nada existe una alianza entre dos de los aspirantes más importantes.

Está claro que entre Armenta y Huerta ya hay una especie de pacto para que se dé entre ambos la designación de la candidatura de Morena al gobierno en 2024.

De hecho la fotografía tomada por el equipo del mismo Armenta lo dice todo.

No hay que ser un sesudo analista político para entender que de entre Alejandro y Julio ha surgido el Todos Unidos Contra Nacho (Tucon).

Porque ni uno, ni otro quieren que Nacho llegue.

Saben perfectamente que si es así van a tener que vivir seis largos años al margen del poder en Puebla.

Y Nacho Mier, aseguran, está preparado para cobrar viejas facturas.

Y para evitarlo el Tucon es el camino.

Empero, lo más importante es que el presidente AMLO jugará un papel importante en la designación del abanderado de Morena en Puebla, estado en el que quiere ganar sin mayores problemas.

Eso sí, me pregunto ¿qué habrán visto Julio y Alejandro que tuvieron que acordar una alianza para tratar de bloquear a su acérrimo rival?

¿Cuál será el acuerdo?

¿En qué consistirá el pacto?

¿Impunidad para ambos en caso de que uno u otro gane?

¿Espacio en el gobierno de cualquiera de los dos?

Lo que me sorprende es ¿tanto ha crecido Nacho Mier que ya tuvo que haber un pacto para tratar de detenerlo?

Por algo ya está estacionado en Puebla.

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