No cabe duda de que fue un jueves desastroso en muchos aspectos para la Selección Mexicana, y es que no solo cayeron de manera estrepitosa 3-0 ante Estados Unidos, sino que además quedó fuera de la final de la Nations League y terminó con 9 jugadores.

Dos goles de Christian Pulisic y uno más de Ricardo Pepi fueron los reflejos de una actuación lamentable por parte del Tricolor dirigido por Diego Cocca, que lució sin pies ni cabeza y con grandes errores.

Las fallas aparecieron por todos los sectores de la cancha. La defensa nunca apretó, la media cancha fue superada y adelante el equipo lució sin idea, con muy pocas oportunidades de vulnerar el marco estadounidense.

Cabe recordar que tampoco es como que el conjunto de las barras y las estrellas hayan sido brillantes, simplemente estuvieron más afinados que los aztecas, además se mostraron sumamente ordenados en el aspecto táctico.

Cuando ya todo parecía un desastre, César Montes demostró que no era del todo así, pues se hizo expulsar de la forma más tonta posible, enfrascándose en un pleito con Weston McKennie que también se fue expulsado.

Más tarde, el recién ingresado Gerardo Arteaga y Sergiño Dest también vieron la tarjeta roja en lo que ya parecía más una pelea o un partido de fútbol.

Por si eso fuera poco, el árbitro suspendió el encuentro al filo del minuto 90, pues el lamentable y ‘tradicional’ grito homofóbico apareció en Las Vegas, debido por supuesto a la frustración de los aficionados.

El árbitro Iván Arcides Barton, a quien el juego se le fue de las manos, había añadido 12 minutos, pero justo cuando el cronómetro marcaba 97′ hizo lo correcto: pitar el final.

Lo único que queda para México es prepararse y enfrentar el encuentro por el tercer puesto ante Panamá y hacer una Copa Oro digna, de lo contrario podríamos ver una de las más grandes crisis en la historia de la selección mexicana.