Acostumbrado a la comodidad, al dinero fácil, a la negociación política por encargo, a la simulación, al chanchullo por debajo de la mesa y al escándalo, Fernando Morales Martínez, el pseudo dirigente, que ya no es dirigente del Partido Movimiento Ciudadano (MC), la volvió a hacer.

¡Total, una cana más al zorro plateado que más da!

Por algo la reputación de Fernandito, el primogénito de los Morales, no es la mejor.

Sus antecedentes y trayectoria política lo demuestran.

Durante el sexenio melquiadista, Fernandito Morales se mostró tal cual es, como un junior con el ánimo desbocado que todo se quería comer.

En aquel entonces se hizo famoso por presumir que su papá, Don Melquiades Morales Flores, el compadre de todo Puebla, era el gobernador del estado, por lo que tenía derecho de picaporte para ingresar a donde él quisiera y se le diera la gana.

Siempre vivió, en el PRI, a costa y a la sombra de su padre.

Los cargos que están en su semblanza, sin excepción, se los debe también a su a Don Melquiades.

Por algo se ganó aquel famoso mote del “Bond”, “el huebond”, poblano.

Brillaba no por sus estudios sino por su colección de autos y relojes, por su ropa y trajes de exclusivos diseñadores, por sus zapatos y sus cinturones de prestigio.

A Fernando Morales el marinismo lo respetó por su padre y su tío; sin embargo, cuando vio que el morenovallismo derrotó a Javier López Zavala, entonces candidato del PRI al gobierno, y hoy recluido por el feminicidio de su ex pareja la abogada y activista, Cecilia Monzón, decidió abandonar al PRI.

Fue así como corrió a los brazos de esa corriente política de la que hoy, por cierto se arrepiente por conveniencia política y económica.

Porque hoy el “Bond de la fuerza naranja” es un empleado más del gobierno en turno.

De todos es sabido que Fernando Morales no se manda solo, ni representa, ni ha representado, históricamente, una oposición para el barbosismo y el partido en el poder.

Juega el juego de siempre, el de “comodín”.

Morales Martínez llegó a MC por gestiones y órdenes del ex gobernador poblano ya fallecido, Rafael Moreno Valle Rosas, quien lo mandó a hacerle el caldo gordo electoral a su grupo político por un acuerdo con el Coordinador Nacional Dante Delgado Rannauro.

Ya en ese momento, Fernando Morales se había convertido en el payaso político de las cachetadas.

Lo pillaron en una llamada telefónica amenazando a otro político de su nivel, entonces líder del Verde en Puebla, Juan Carlos Natale López, a quien amenazó por hacer campaña en Ciudad Serdán para su partido y no para los intereses del morenovallismo.

Medio se alzaron la voz y se rasguñaron vía telefónica, aunque Fernando intentó chantajear y advertirle al falso político ecologista que si se metía a uno de sus distritos “le iba a partir la madre”.

Allí, en ese momento, Fernandito era un soldado morenovallista consolidado.

Sin embargo, ante la muerte de los Moreno Valle se quedó solo y se encerró en MC, donde se la ha pasado 5 años como dirigente, uno como provisional (2017) y 4 más (desde el 20 de octubre de 2018) como lo marcan los estatutos.

Sin embargo, ya es hora que la dirigencia de la fuerza naranja en Puebla se renueve, porque en su gestión, desde que asumió la coordinación, ha habido poca transparencia en los gastos del partido, total opacidad y nula claridad en el manejo de los recursos.

Tan sólo en lo que va del año, Fernando Morales ha recibido alrededor de 22 millones de pesos (2 millones de pesos mensuales) de prerrogativas para el manejo del partido, de los cuales nadie sabe en qué se gastan.

De 2018 a 2021, MC en Puebla ha manejado y administrado alrededor de 57 millones 600 mil pesos (1.2 millones de pesos mensuales), de los cuales menos del 50 por ciento se han ocupado en campañas políticas.

Tan sólo en la elección del 2021, por órdenes de Fernando Morales, ninguno de los candidatos recibió recurso alguno, por lo que estalló el escándalo por la venta de candidaturas denunciada por militantes y aspirantes a candidatos.

Uno de ellos Manlio López Contreras, un empresario que denunció a Fernandito por intentarle vender la candidatura a la presidencia municipal de Puebla a cambio de pagar 5 cursos de 100 mil pesos cada uno, disque para capacitación en el partido.

Y lo mismo hizo Carlos Alberto Morales, quien renunció a la coordinación de MC en el Congreso local por la venta de candidaturas que el hijo de Melquiades Morales realizaba en su partido.

Hoy por hoy MC en Puebla está desfondado y no tiene una buena expectativa de cara al proceso electoral de 2024.

Todos los candidatos de la última elección, junto con sus estructuras, se fueron por la ambición de Fernando Morales, quien sigue despachando, aunque ya no es dirigente, desde las oficinas de MC, ubicadas en la 24 sur #5103 de Los pilares, antiguamente la notaría del priista Cesar Sotomayor.

Desde el pasado mes de mayo, Fernandito dejó de ser el líder de MC en el estado, por lo que Puebla, Quintana Roo, y otros estados, deberán renovar sus dirigencias.

Empero, el cambio de dirigente en la entidad se debe dar, particularmente, porque Fernando Morales entregó el partido al grupo en el poder, por una negociación oscura de la que sólo él se está beneficiando.

Y la prueba son los magros resultados electorales entregados en la última elección de MC, en la que se obtuvieron en total 156 mil 798 votos, de los cuales la mayoría se obtuvo en municipios del interior del estado.

Porque Fernandito dio la orden de entregar la votación de la capital y la zona conurbada a Morena, pues cómo se puede explicar que en Puebla, San Andrés y San Pedro Cholula, Ocoyucan y Santa Isabel se obtuvieron, juntos, 15 mil 163 votos, es decir apenas el 9.67 por ciento de la votación en todo el estado.

Mientras que en el interior del estado se logró el resto de los sufragios, es decir un total de 141 mil 635. En Puebla, capital, por ejemplo, MC apenas obtuvo 12 mil 221 votos, mientras que en Chignautla, un municipio muy pequeño, nada comparado con la ciudad más grande del estado, se registraron 4 mil 386 votos.

Y aún así el “Bond” de la fuerza naranja se quiere aferrar al hueso de MC.

Ya ni la friega.

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