La carrera electoral de cara al 2024 en Puebla ya abrió las cloacas de los partidos políticos y ha empezado a brotar lo peorcito de su militancia, particularmente aquellos políticos que buscan el poder a costa de lo que sea.

Políticos a los que los caracteriza su ambición, su incongruencia y su protagonismo.

Y miren que en todos los partidos hay especímenes que tan solo de verlos y escucharlos dan asco, porque son precisamente los culpables de la mala reputación de la mayoría de los políticos y funcionarios.

Esos políticos que prometen, pero nunca cumplen.

De los que abundan en Puebla.

En el PRI, por ejemplo, parecen estar los animales políticos más descarados.

Esos que solo buscan el poder por el poder.

Quienes harían cualquier cosa por estar en la palestra política para sumar y sumar ceros en sus cuentas bancarias.

Los priistas, hay que subrayarlo, no pueden ocultar su evidente incongruencia y doble juego en la política aldeana.

Presumen ser priistas, pero ahora se mueren por ser funcionarios de la 4T, o ya de plano operan con dos cachuchas, la del PRI y la de Morena.

Y es que los priistas aseguran que están preocupados por la gente, pero se la pasan buscando hueso para que sus negocios personales caminen, produzcan y generen jugosas ganancias.

Ahí les van algunos ejemplos: Jorge Alfonso Ruiz Romero, José Chedraui Jr. y Néstor Camarillo Medina, por parte del PRI; aunque en otros partidos también se cuecen habas y tienen a políticos de doble juego como los primos Natale, Jaime y Juan Carlos, lidercillos del Partido Verde Ecologista de México.

Lo mismo Fernando Morales Martínez, expriista y ahora líder de Movimiento Ciudadano (MC), partido que se está encargando de saquear y despedazar por su ambición desmedida.

Empero, en el caso de los priistas, recientemente estuvo en Puebla Enrique de la Madrid, exsecretario de Turismo de Enrique Peña Nieto, expresidente de México, y quien busca ser candidato del PRI a presidente de la república en 2024.

Su estadía en la entidad, en la capital poblana, hubiese pasado desapercibida de no ser porque los priistas que ahora controlan el partido sostuvieron una reunión con De la Madrid, a quien agasajaron e hicieron creer que apoyaban.

En aquella reunión estuvieron varios connotados priistas que hoy por hoy tienen algún cargo público –local y federal–, como Blanca Alcalá Ruiz, diputada federal; Karina Romero Alcalá, secretaria de Igualdad Sustantiva de Género; Jorge Estefan Chidiac, diputado local; Lorenzo Rivera Nava, edil de Chignahuapan; José Luis Márquez Martínez, edil de Zacatlán, entre algunos otros.

El caso es que fue en este evento donde quedó evidenciado que muchos priistas juegan con su partido, pero también con Morena y con sus funcionarios y aspirantes de cara al 2024.

Es el caso del dogerista Jorge Alfonso Ruiz, quien apoya a Ignacio Mier Velazco, diputado federal y aspirante a la candidatura de Morena al Gobierno de Puebla, pero también ofrece su respaldo a Enrique de la Madrid, como posible candidato priista.

¿Qué tal?

Abusadillo el chamaco.

Y lo mismo sucede con Pepito Chedraui Jr., quien estuvo en primera fila apoyando la visita de Enrique de la Madrid mientras su papa, José Chedraui Budib, está de tiempo completo colaborando con el gobierno local de Morena.

Pepe Chedraui, hay que decirlo, ha sido muy hábil para relacionarse y apoyar a los gobiernos del PRI, del PAN y ahora de Morena.

Ya fue diputado local del PRI, partido porque el entró a la política local, y por el que ha logrado que sus negocios y empresas prosperen.

Se hizo famoso en Puebla por ser amigo personal del expresidente Peña Nieto, por ser socio y aliado, también, del extinto exgobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas, de su esposa, y ahora por ser uno de los priistas más allegados al gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina.

Pepe Chedraui ahora quiere ser candidato a presidente municipal de Puebla, quien sabe si por el PRI o por Morena, pero desea aparecer en la boleta del 2024.

Allí, el problema, el PRI está en un dilema, porque también su líder estatal, Néstor Camarillo, quiere la misma candidatura y ya juro que por sus pistolas él se la queda.

Ambos quieren, eso sí, pero siguen socorriendo a la 4T y a Morena en sus cosas.

Así su incongruencia.

Pobre PRI, y se quejaban del marinismo.

 

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