El caso de una mujer a la que no se le realizó un aborto, identificada únicamente como Izabela, fue dado a conocer el pasado viernes, desatando furia entre muchos polacos y protestas en Varsovia, Cracovia y otras ciudades. Personas encendieron velas el lunes por la noche en una vigilia en honor de la mujer.

Antes de la restricción, las mujeres en Polonia podían tener abortos solamente en tres casos: si el embarazo era resultado de un delito, como violación, si la vida de la mujer estaba en peligro o en caso de deformidades graves del feto. Sin embargo, el Tribunal Constitucional, bajo la influencia del conservador partido gobernante, falló el año pasado que los abortos por defectos congénitos no eran constitucionales.

Activistas por los derechos de las mujeres argumentaron que los médicos en Polonia esperan ahora a que un feto sin posibilidad alguna de sobrevivir muera en útero en lugar de realizar un aborto.

El hospital en el que murió la mujer emitió una declaración el martes en la que dijo que el personal ‘se suma al dolor’ de sus seres queridos y que ellos habían hecho todo lo posible para salvar a ambos. El abogado de la familia dijo que la mujer deja a su esposo y una hija.

El hospital añadió que la fiscalía investiga el caso, pero dijo que ‘todas las decisiones médicas se tomaron teniendo en cuenta las cláusulas legales y los estándares de conducta en vigor en Polonia’.