En Ngala, Nigeria, se reportó la muerte de cinco niños a causa de la explosión de una granada con la que jugaban bajo el control de una insurgencia yihadista.

El jefe de una milicia antiyihadista, Unmar Kachalla, aclaró que “los cinco niños recuperaron el artefacto explosivo mientras custodiaban una manada en un campo”.

“Dos niños murieron instantáneamente, mientras que los otros tres murieron en el hospital Mada”, en el vecino Camerún, donde fueron transportados, añadió.

Kachalla asegura que decenas de personas han muerto o han resultado heridas en accidentes de este tipo y mencionó que estas tragedias ocurren periódicamente en esta región, cuando los niños recogen estos explosivos y piensan que son juguetes.

En agosto de 2014, el grupo yihadista Boko Haram tomó el control de Ngala, que se encuentra cerca de la ciudad comercial de Gamboru, en la frontera entre Camerún y Nigeria.

Minas y granadas que nunca explotaron todavía abundan en los campos en las afueras de las dos ciudades, que fueron escenario de intensos combates entre militares y yihadistas, dijo Umar Ari, otro combatiente del grupo de autodefensas que opera en la zona.

Con información de Milenio