Por: Alfonso González

Por fin arrancaron las campañas en Puebla (para 41 diputados y 217 ediles) y, a pesar de contar con un árbitro gris y opaco, la elección ya se antoja reñida, competida, caliente y sabrosa.

Será la revancha, o segundo round, de entre Claudia Rivera Vivanco, candidata de Morena, y Eduardo Rivera Pérez, abanderado del PAN y de la alianza Va por México.

Sin duda será una batalla campal, emblemática y fuera de serie.

Particularmente, porque ambos se dicen los favoritos, los adelantados y quienes presentan los mejores números en las encuestas.

Ayer, por lo pronto, apareció en Puebla la caballada nacional -de la alianza PAN, PRI y PRD- respaldando a Lalo Rivera, de la alianza Va por México, pues estuvieron en Puebla, Marko Cortés Mendoza, dirigente nacional del PAN; Jesús Zambrano Grijalva, líder nacional del PRD; y Alejandro Moreno Cárdenas, cabeza del PRI nacional.

Claudia y Lalo le apuestan a la famosa encuestitis, a la guerra de sondeos y de opinión. Vamos a ver quién sale ganando.

Eso sí, la ofensiva electoral, que ya de antemano se le salió de control al Instituto Electoral del Estado (IEE), va a tener muchos matices y un tercero en discordia.

Y es que esta elección es compleja por varias razones, la pandemia es una de ellas, las dificultades políticas en el mapa poblano, el hartazgo de la gente por todos los conflictos económicos, sociales, de obra, y hasta por los propios contendientes, a quienes apoyan o aborrecen.

El tercero en discordia en esta elección, sin duda, es, también, el tercero de los Rivera, Eduardo Rivera Santamaría, quien viene a ponerle el cascabel al gato en la elección del 2021.

Polémico, como siempre, el empresario que se dice apoyado por las mujeres de Puebla ya empezó su juego y tiró metralla ayer frente al palacio municipal contra los dos principales candidatos.

¿A quién favorecerá?

¿A quién va a perjudicar?

¿Cuál será su juego?

¿Cuál será su encargo?

¿Traerá o no padrino cómo dicen algunos?

Me parece que Rivera Santamaría tiene mucho que ganar y nada que perder, por dónde se le quiera ver. ¿Declinará por alguien?

Vamos a vigilarlo de cerca.

Por lo pronto, los Rivera, los tres, parecen ser los candidatos más vistosos, los más polémicos y los más carismáticos en lo que será la actual campaña.

Porque, aunque lo niegue el resto de los abanderados a presidente municipal de Puebla, la disputa por la primera regiduría de la ciudad, por el Palacio de Charly Hall, como le dicen algunos, no es de 9 sino de 2.

Empero, insisto, la competencia electoral de los Rivera tiene un toque especial porque a uno de los tres, seguro, le va a apostar el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, ¿ya adivinaron a quién?

La lucha por el municipio más importante del estado es la cereza del pastel en Puebla, la elección más importante.

Ojalá que el IEE hubiese estado a la altura, porque es un organismo desprestigiado y con muy malos antecedentes.

La interrupción del arranque de las campañas es muestra de que el árbitro electoral no está a la altura de estos comicios.

Ojalá que su Consejero Presidente, Miguel Ángel García Onofre, se ponga las pilas y demuestre que tiene un organismo profesional y no sólo una pasarela.

De lo contrario, el IEE va a seguir siendo, junto con todo su consejo, sólo una dependencia que no sirve para nada.

En Atlixco las cosas ya se le complicaron al PAN, pues su candidato, el edil con licencia y quien quiere reelegirse para un segundo periodo, Guillermo Velázquez Gutiérrez, no levanta por más que lo hayan metido con calzador en todos lados.

La ingobernabilidad, el caos social, pero sobre todo la inseguridad que priva en Atlixco, tiene muy enojados, y hasta la madre, a los habitantes del municipio de las flores, como se le conoce.

Los atlixenses están que trinan en contra del PAN y de Guillermo, quien sólo se aparece por las distintas colonias cada que hay elección, nunca cuando se registra un problema, un asalto, un feminicidio, o alguno de los miles de problemas urbanos que aquejan a las distintas comunidades.

La candidata de Morena en Atlixco, Ariadna Ayala Camarillo, parece que avanza y aprovecha la molestia de la gente, la cual se va a definir por la ola guinda para apostarle al cambio.

Ariadna está exponiendo su plan de gobierno y desarrollo con ideas y proyectos concretos, planes que Memito Velázquez no ha podido hacer en tres años de trabajo en Atlixco.

Tal vez por eso dicen que al edil que quiere perpetrarse en el poder otros tres años muy pronto se le va a terminar la fiesta.

Ya lo veremos.

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