Si lo que querían los panistas que aborrecen a Eduardo Rivera Pérez, el aspirante al Ayuntamiento de Puebla más adelantado en la carrera electoral, era darle oxígeno y vida a Morena de cara a las campañas ya lo lograron.
Con la decisión de la Comisión Permanente Estatal, que dispone evitar la alianza PAN-PRI-PRD en la capital del estado, ya se armó un desastre.
Un cataclismo que subirá de tono y se extenderá a las entrañas panistas hasta reventarlas si la Comisión Permanente Nacional, junto con Marko Cortés Mendoza, su líder, aprueban la propuesta.
De entrada, priistas y perredistas en Puebla ya sintieron feo, y pronosticaron su muerte político-partidista, si no hay alianza.
Y todo por seguirle el juego a los detractores de Eduardo Rivera.
Por caminar como borregos a un precipicio.
La tibia, opaca, cobarde y gris postura de Carlos Martínez Amador, líder del PRD, así como del PRI, Néstor Camarillo Medina, quienes evitaron a toda costa pronunciarse por Lalo Rivera como la mejor figura de la alianza “Va por México” para disputar la capital, ya los metió en un gran lío.
Los del partido tricolor quisieron jugarle al vivo con la ridícula idea de que podría ser José Chedraui Budib el gallo de la alianza con el PAN, cosa que algunos les creyeron, incluso en los medios, pero que era una verdadera vacilada y ridiculez.
Dicen que el propio empresario, quien lo único que tiene como político es su idea porque no ha hecho nada por los poblanos, hasta se la creyó.
A ver si ahora los priistas, ya que ahora competirían solos en la capital, lo postulan como su gallo. Únicamente, les adelanto que a José Chedraui sus números en las encuestas no le dan ni para presidente de su colonia.
Si el PRI va solo, y no hay más remedio que intentar competir por su lado, entonces sus mejores opciones son personajes como Enrique Doger Guerrero, Blanca Alcalá Ruiz, Rocío García Olmedo, y/o algún otro cuadro ciudadano que tengan arrastre y hagan clic con la gente.
De lo contrario, el PRI está destinado al olvido, al ostracismo. A desaparecer por haber sido tan tibio como oposición.
Y lo mismo el sol azteca, un partido que no tiene ni pies ni cabeza, mucho menos estructura para enfrentar una elección como la que se avecina, en la que Morena lo podría aplastar sin problema.
A ver si Carlitos Martínez sigue haciéndose el tonto, evitando reconocer que Eduardo Rivera es la mejor opción de la alianza con el PAN, y jugándole al enmascarado, con tal de hacerle las contras a la lógica política y electoral.
Los priistas y perredistas ya sintieron el agua hasta el cuello con la noticia de que no habría alianza en la capital.
A ver si así, insisto, se siguen mofando de los pleitos en el PAN y de las zancadillas que le están propinando a Lalo Rivera para que no sea el abanderado.
Porque en Morena ya sólo les falta ponerse de acuerdo sobre quién sería su gallo. Cosa que tampoco está tan fácil porque ya son muchos los que quieren la candidatura, aunque dos sean los que verdaderamente tienen posibilidades reales.
Así es.
La fiesta de Morena seguirá mientras el pleito en Acción Nacional, entre Genoveva Huerta Villegas, dirigente estatal, ahora con licencia, y Eduardo Rivera continúe.
Aunque, tampoco se ve cómo podrían negociar los 7 aspirantes a la presidencia municipal por Morena que quieren la oportunidad. Y más aún cuando la mayoría son soldados que sólo reciben órdenes de su general.
Los más adelantados, hay que subrayarlo, son Claudia Rivera Vivanco, actual edil, y Gabriel Biesto Medinilla; sin embargo, siguen firmes en su postura de que sean tomados en cuenta como aspirantes Alejandro Armenta Mier, senador; Rosa Márquez Cabrera, regidora del Cabildo poblano; Alejandro Carvajal Hidalgo y Saúl Huerta Corona, ambos diputados federales, además del exdirector técnico del Club Puebla, José Luis Sánchez Solá, “El Chelis”
Así es que mientras en la casa de los panistas poblanos haya chingadazos y mentadas de madre, en Morena va a seguir la fiesta y la risa, y es lógico, porque tendrían todo para seguir gobernando Puebla.
Vamos a ver qué sucede.
En twitter: @poncharelazo
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