El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, despidió ayer, en una ceremonia íntima, a su hermano Robert Trump, quien falleció hace unos días a consecuencia de una grave caída.

El funeral se llevó a cabo en la Casa Blanca, en donde no ocurría una ceremonia de este tipo desde que John F. Kennedy fue asesinado en 1963.

A la ceremonia, realizada en la llamada East Room, lugar de recepciones oficiales de la Presidencia, asistieron los familiares más cercanos al presidente y su hermano

De acuerdo con información de la cadena de televisión CNN, Trump y su esposa Melania, así como otros familiares acompañaron el féretro mientras era transportado del interior de la Casa Blanca desde el Pórtico Norte hasta el coche fúnebre, al ritmo de gaitas que tocaron “Abide with me”, tradicional en las exequias.

Se reportó que la mayoría de los asistentes al funeral estaban vestidos de color negro, menos el presidente quien portaba un traje de color azul marino.

Donald Trump no realizó declaraciones a los periodistas que observaban desde afuera y de acuerdo con la cadena de televisión los costos del funeral serán asumidos por  el bolsillo de Trump.

El lunes pasado, el mandatario estadounidense anunció que pensaba celebrar en la Casa Blanca las exequias por su hermano y lo expresó así:

“Eso sería, creo, un gran honor para él. Creo que se sentiría muy honrado”, dijo Trump.

Dijo que su hermano Robert “estaba tan orgulloso de lo que hemos hecho y estamos haciendo por nuestro país, por lo que pienso que sería adecuado” celebrar el funeral en la Casa Blanca.

Robert Trump, quien es considerado por el presidente como su “mejor amigo”, murió el sábado pasado en un hospital de Nueva York.

Cabe mencionar que es la primera vez que los restos de un ciudadano sin un cargo público son llevados a la Casa Blanca para su funeral desde 1936, cuando se celebró el funeral por Louis Howe, asesor del presidente Franklin Delano Roosevelt.