El proceso electoral que se avecina, la elección intermedia, ya arrancó en Puebla y es evidente que el grupo en el poder, el que encabeza el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, sí va a jugar a ganar-ganar.

Y cómo no si la estrategia es evidenciar a sus enemigos, su oscuro -pasado y presente-, sus vicios y la presunta corrupción en la que habrían incurrido en los últimos años.

Una estrategia muy parecida, casi igual, a la adoptada por el gobierno federal del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien no se cansa de hacer campaña y de golpear a sus adversarios.

La fórmula parece imbatible, sin duda, y le apuesta a la desmemoria de la gente.

Porque mientras Morena juega al desprestigio de sus enemigos políticos y electorales, los ciudadanos seguimos padeciendo graves problemas como la pandemia y el Covid-19, la grave inseguridad que casi nos ahoga y la crisis económica.

No entiendo cómo el presidente AMLO, por ejemplo, participa en el show cómico y mágico

de Emilio “L”, Odebrecht y la interminable corrupción que existió en el pasado, que no quiere decir que sigue presente, y haya abandonado a las Pymes.

Porque hoy por hoy la pandemia es un problema que permea, pero la crisis económica ahora nos está ahogando a todos y nadie dice nada.

El circo de tres pistas del nuevo capo consentido Emilio “L” es el proyecto que se difunde para distraer a la gente y hacerla olvidar todos los males que sufre con el gobierno de la 4T.

En Puebla, por lo menos, lo que ahora se está haciendo bien es poner en su lugar a la organización Antorcha Campesina (AC), agrupación política que por años había tenido concesiones de todo tipo por parte del gobierno: grúas, inmuebles, gasolineras, espacios y cargos públicos, vehículos oficiales y mano en las arcas del estado.

Incluso el gobierno panista-morenovallista echó mano de Antorcha para tratar de controlar cada rincón del estado en donde tiene presencia la agrupación que se vende como “de los pobres”.

Está claro, incluso se anunció en la campaña del presidente AMLO, que existe una guerra directa y sin tregua contra AC, pues la intención es debilitarla a nivel nacional, junto con sus líderes, el nacional y el de Puebla, respectivamente, Aquiles Córdova Morán y Juan Manuel Celis Aguirre.

Recordemos que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que encabeza Santiago Nieto Castillo, congeló las cuentas bancarias de los líderes de Antorcha de Puebla y del Estado de México, por un presunto manejo irregular de dinero en efectivo.

La UIF informó que se trata de 10 cuentas de líderes Antorchistas, las cuales se encuentran vinculadas con lavado de dinero y con el Sindicato Libertad, el cual, se dice, administraba los recursos logrados por supuestos delitos como secuestro, extorsiones y robos.

Las investigaciones contra Antorcha se realizan con apoyo de las Fiscalías de Puebla, del Estado de México, de Oaxaca y de la Ciudad de México, entre las que se detectaron empresas privadas que transportaban material de construcción para obra pública a varios estados.

De esta forma se pretende debilitar a los enemigos político-electorales de los gobiernos de Morena y de la 4T, por lo que la fórmula podría resultar muy efectiva si a la gente se le olvida la crisis económica y de salud.

La intención no es otra que dividir al PRI, a sus antiguos aliados, al PAN y a sus operadores, así como a todos aquellos que representen una amenaza o un contrapeso serio en los próximos comicios intermedios.

Así que habrá que estar atentos por que vienen más investigaciones, detenciones, revelaciones y sorpresas periodísticas contra los enemigos de los gobiernos de Morena.

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