En Atlixco ya es imposible que el PAN vuelva a repetir en el Ayuntamiento de Puebla por el desastre gubernamental, administrativo, económico, social y en materia de seguridad generado por su presidente municipal Guillermo Velázquez Gutiérrez.

Porque Memo, como le dicen sus amigos, se ha encargado de provocar un desastre en el municipio que, según él, le abriría las puertas de la dirigencia estatal de su partido y, después, de la gubernatura del estado.

Un sueño guajiro que el edil se metió en la cabeza, alentado por sus amigos que tiene en nómina sin hacer absolutamente nada.

La opacidad y falta de autoridad en Atlixco es grave.

Por ello la región se ha convertido ya en uno de los sitios favoritos de la delincuencia organizada y de los grupos criminales que mantiene a raya a muchos empresarios.

Y es que Atlixco paso de ser, como lo señalé en otras ediciones de Posdata, el municipio con el mejor clima del mundo a ser una de las regiones del estado más peligrosa e inseguras de Puebla.

En Atlixco la ley del más fuerte es la que impera, por obra y gracia de su edil.

Tal vez por ello muchos regidores, incluso panistas, están hartos y a punto de explotar contra el presidente, quien no cumple los acuerdos ni porque le recuerdan que son sus correligionarios.

Existe ya la versión entre los integrantes del Cabildo del Ayuntamiento de Atlixco incluso de que Guillermo Velázquez ya empezó a alistar sus maletas porque ya pactó con el gobierno estatal entregar su municipio en 2021.

Seguramente por eso se reunió en privado con el titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), Francisco Romero Serrano, con quien acordó trabajar para evitar tener observaciones de cualquier tipo en sus futuras cuentas públicas.

¿Será?

Empero, los hechos parece que evidencian aquel probable pacto, pues a Memito Velázquez le vale un reverendo comino todos los problemas que existen en el municipio que disque gobierna.

La catástrofe contable y administrativa no le interesa en lo más mínimo, sus proveedores están que trinan contra el edil, quien ha girado órdenes directas a su tesorero, Luis Arturo Montiel Aguirre, de no liquidar sus deudas hasta que los prestadores de servicios de la Comuna se harten de cobrar.

Pues ya con la ASE en la bolsa, las cosas son más fáciles.

Que vivillo salió Memito, quien está más preocupado en la estrategia para heredar el ayuntamiento sin problema, y en intentar quedarse con la dirigencia estatal del PAN, de su partido, que en garantizar la seguridad e integridad de los habitantes de su municipio.

Ojalá que el gobierno del estado obligue a su amigo Memo Velázquez a trabajar, a garantizar la gobernabilidad de Atlixco, uno de los 9 pueblos mágicos que tiene el estado, pues de lo contrario la región será ahora conocida como “pueblo trágico”, ya no mágico.

A ver si a Memo no le salen las cosas todas chuecas porque ya la gente está hasta la coronilla de tanto abuso y oscuridad gubernamental en su municipio.

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 El nuevo PRI dinosaurio

En el PRI poblano paree que nunca entendieron lo que tenían qué hacer para poder levantarse de su letargo político.

Desde que la desgracia marinista los maldijo en aquel fatídico 2010 cuando perdió la gubernatura no se han podido levantar, ni poner de acuerdo.

La ambición que llevó a los priistas al hoyo donde hoy se encuentran sigue permeando y amenaza con desaparecerlos definitivamente de muchos estados, por lo que la elección del 2021 podría ser su último boleto político de regreso al poder.

Y en Puebla francamente se ve muy difícil cómo el PRI pueda volver a ser la fuerza política que antes fue.

Sobre todo, porque su dirigente estatal, Néstor Camarillo Medina, parece no haber sido el elemento de unión entre la familia tricolor, pues ya empezó la desbanda y la inconformidad con su gestión.

Eso sí, al menos esa facción que anunció su retiro del PRI sólo es una parte del grupo dinosaurio que siempre se benefició de los privilegios que dejó el tricolor en sus años mozos.

A excepción de Marisol Calva, quien es una joven politóloga y maestra en administración pública excepcional, ahora ex priista, el resto de los tricolores que se fueron sólo le hicieron un favor a la actual dirigencia.

Francamente, Adela Cerezo Bautista, Germán Sierra Sánchez y Juan Manuel Vega Rayet ya no representaban ni representan nada para el PRI.

Son cartuchos quemados que le quitaban más de lo que le podrían haber dado ya al Revolucionario Institucional.

Son priistas de la era de las cavernas que creían merecer todo por el simple hecho de levantar la mano.

Ya fueron todo en los cargos públicos y partidistas, y su ambición ahora será su debacle y perdición política final.

 

Son de esos priistas que ahora se venden al mejor postor debido a que en su partido se acabaron los beneficios y el dinero.

Pero que asquerosidad es esto, dijera el clásico.

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