El Banco Mundial otorgó un préstamo de mil millones de dólares a México para la respuesta y recuperación de la crisis económica y social desencadenada por la pandemia del COVID-19 ante el desafío de mantener los flujos de  financiamiento adecuados.

De acuerdo con el documento sobre el Financiamiento de Políticas de Desarrollo, es crítico apoyar a empresas para  proteger empleos, así como aumentar los ingresos de los hogares.

Además es importante tener liquidez en el sistema financiero para transferir esos recursos y apoyar una recuperación económica sólida y resistente.

Estos recursos —que equivalen a 95 por ciento del presupuesto de Hacienda— se utilizarán para desplegar nueve acciones prioritarias que están encaminadas a eliminar el riesgo que enfrenta el país, el cual está considerado por el Banco Mundial como sustancial, en general, y en el ámbito macroeconómico, moderado en el renglón político y de gobierno, sectores  estratégicos diseño de proyectos y programas, capacidad institucional. 

Mientras se considera que existe riesgo bajo en el tema fiduciario, social y de medio ambiente.

En el documento de acceso al financiamiento se recuerda que el 25 de noviembre de 2019 el BM aprobó una línea de crédito flexible durante dos años por 61 mil millones de dólares, las autoridades mexicanas declararon sus intenciones de mantener el acuerdo como precautorio.

De hecho, se difundió la carta enviada al presidente del Banco Mundial, David Malpass, por parte del subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, para solicitar un préstamo de desarrollo de políticas para la respuesta a la pandemia de COVID-19.

“En el contexto de la pandemia, el sistema financiero mexicano enfrenta el desafío de mantener flujos de financiación adecuados a la luz de la desaceleración económica y la volatilidad derivado de la incertidumbre de los efectos de la pandemia”, señala la misiva.

La primera acción es apoyar la liquidez del sector financiero, ante la medida del Banco de México de abril para reducir los depósitos de regulación monetaria y liberar recursos para los bancos y aumentar su liquidez; asimismo, incluye la ampliación de servicios financieros para jóvenes y  sectores que tradicionalmente están fuera del sistema bancario.

La propuesta apoya parte de la respuesta de las autoridades a la crisis económica y social desencadenada por la pandemia:Más allá de la salud y consecuencias, que son masivas, la pandemia trae choques de oferta y demanda a la economía, con consecuencias comerciales, de inversión, financieras, fiscales, laborales y sociales, que generan profundos impactos en empresas y hogares”.