El Partido Morena en Puebla empieza a sufrir el mismo mal que destruyó al PRD, al PRI y parece que en una de esas al PAN.

El motivo: la ambición desmedida de sus militantes.

Porque una vez que el ex gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta permitió que sus “corcholatas” le dieran rienda suelta a sus aspiraciones e intenciones de sucederlo en el cargo, a partir de allí, todo se volvió un desmadre.

¿Cuál sería en realidad la estrategia que Barbosa querría ejecutar?

¿Permitirles a todos soltarse el pelo, que se gastaran el presupuesto y se midieran para que al final él impusiera a su gallo?

¿Para qué?

¿Para hacer contrapeso a los primos Ignacio Mier Velazco y Alejandro Armenta Mier?

De cualquier forma su miedo al barbosismo no los dejaba moverse.

Es más, si por Barbosa hubiese sido ninguno de los dos habría sido candidato.

El caso es que si en ese momento de calentura de las mentadas “corcholatas” todo fue un caos, hoy por hoy las cosas en Morena están de mal en peor.

Y con la venia del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, y de la malograda dirigente, Olga Romero Garci-Crespo, quien no ata ni desata.

Porque a Doña Olguita en su partido nadie la respeta.

Todo mundo dice en el radio pasillo morenista que es un cero a la izquierda.

Y seguro no están tan equivocados porque en Puebla el que manda en Morena se llama Sergio Céspedes.

Empero, ¿cuál es el punto?

Es muy sencillo.

Antes, con Miguel Barbosa, se tenía que pedir permiso para anunciar aspiraciones personales, para declarar algo sobre Morena y el 2024.

Ahora ya sólo falta que el famoso “medio metro” anuncie que quiere ser gobernador de Puebla por el partido dela 4T.

¿Abonará eso a la estabilidad de Morena?

¿Le afectará?

Se me hace que sí.

Porque el partido se fragmenta y está en peligro de dividirse, de debilitarse y de resquebrajarse de cara a los comicios del 2024, cuando en el estado se juega a gubernatura.

Y plan con maña no es.

Porque ciertamente cada uno de los aspirantes al gobierno creen que podrían tener la bendición desde Palacio Nacional, aunque si las especulaciones sobre la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), son ciertas, las cosas se podrían complicar.

Me explico:

Los aspirantes a la gubernatura del estado dependen -todos- de la señal presidencial, y si AMLO está enfermo e incapacitado para opinar entonces no habría favorito.

Porque la percepción generada por Nacho Mier, por ejemplo, de que él es el bueno se pondría en duda si el presidente no está; aunque con Adán Augusto López parece que hay un acuerdo.

Y lo mismo sucede con Claudia Rivera Vivanco, quien se destapó el fin de semana por enésima ocasión, aunque esta vez acarreó a más simpatizantes para que su anuncio fuese distinto.

Ella asegura que está entre las favoritas del presidente pero no existe garantía o prueba alguna al respecto.

Y en el mismo caso está Julio Huerta Gómez, quien se creyó aquello de que por Claudia Sheinbaum Pardo, la supuesta corcholata obradorista favorita, AMLO aceptaría su candidatura.

Alejandro Armenta tal vez sea el menos afectado, porque él le apuesta a que Morena designe a su candidato de Puebla mediante las encuestas, las cuales todas las sigue ganando.

Cosa, desde luego, que tampoco es una garantía de triunfo, sobre todo si se antepone la supuesta versión de que en Puebla podría ser candidata y no candidato el de Morena.

En ese sentido, las nuevas y recientes aspirantes también podrían ver afectados sus intereses electorales por la presunta enfermedad presidencial, ya que las versiones de que son impulsadas por el presidente también se vendrían abajo.

Podría suceder algo similar a lo que pasó en Puebla tras la muerte de Miguel Barbosa.

Todo se cayó cuando faltó el máximo líder de Morena en el estado.

Me parece que lo que quieren el resto de las y los aspirantes sólo es trascender en la política, es decir tirarle arriba para negociar y asegurar algo abajo.

¿O a poco alguien conoce al resto de los aspirantes al gobierno de Puebla?

Ahí le van los nombres de aquellos que quieren ser candidato a gobernador del estado: María Luisa Albores, titular de la Secretaría del Medio Ambiente federal; el mal chiste llamado Norma Layón Aarun, edil de San Martín Texmelucan; Rodrigo Abdala Dartigues, delegado del Bienestar; y el exsecretario de Gobernación, David Méndez Márquez, quien es otro político que lo único que quiere es hueso.

¿Le suenan estos nombres?

¿Verdad que no?

¿Es o no un desmadre Morena?

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