Dijera el famoso “gober precioso”, Mario Marín Torres, ex gobernador del estado de Puebla, en aquella escandalosa charla telefónica con su compadre Kamel Nacif: “aquí en Puebla, quien comete un delito se llama delincuente”.

Y no se equivocó.

Porque tiempo después también él fue detenido en Acapulco, donde se escondía, por el delito de tortura en agravio de la periodista y escritora Lydia Cacho Riveiro, a quien detuvo y atormentó por petición del también llamado “rey de la mezclilla”.

Los abusos a los que fue sometida la autora del libro “Los demonios del Edén” en 2005, por parte del marinismo, provocaron la persecución y detención de Marín Torres, quien actualmente está preso en el penal del Altiplano, luego de ser trasladado de una cárcel de Cancún, Quintana Roo.

En aquel entonces se evidenciaron, con pruebas irrefutables, los abusos por parte del político priista y del empresario textilero en contra de Lydia Cacho.

Los delitos se comprobaron y ambos fueron detenidos y encarcelados, aunque Kamel Nacif esté libre por ahora.

Y todo por violentar, detener, encarcelar y torturar a una mujer inocente que no se sometió, ni se dejó de un par de poderosos, un político y un empresario.

Un caso similar sucede con Erika de la Vega Gutiérrez, a quien el actual diputado local del PAN, Eduardo Alcántara Montiel, violentó e intento cobrar favores sexuales a cambio de apoyar sus aspiraciones políticas.

Ayer, el Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP) ordenó el registro del legislador en el catálogo de personas sancionadas por violencia política de género, por un periodo mínimo de tres años.

Esto, al constatar que Alcántara Montiel ejerció violencia política de género y hostigamiento sexual en contra de Erika de la Vega, quien en 2021 aspiraba a la candidatura a la Presidencia Municipal de San Pedro Cholula por el PAN, y a quien intentó venderle la candidatura a cambio de una cantidad económica o de favores sexuales.

Por lo tanto, aunque la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf) no ha resuelto la impugnación que realizó el panista al resolutivo, el TEEP dio cumplimiento a la sentencia de la Sala Regional Ciudad de México, misma que el pasado 30 de marzo ordenó anotar a Alcántara Montiel en el registro de violentadores.

Con esto, Eduardo Alcántara estaría impedido para poder participar en los comicios federales del 2024 y poder convertirse en candidato a algún puesto de elección popular, de sobra esta decir que el resolutivo lo tiene como loco.

Además, Eduardo Alcántara deberá ofrecer una disculpa pública, junto con la ex dirigente del PAN, Genoveva Huerta Villegas, y asistir a un curso, taller o conferencia, impartido por una institución pública, que tenga como fin la sensibilización en género, masculinidad o prevención de la violencia de género.

Sin embargo, ayer, también, el ducho periodista Ricardo Morales, director de Efekto 10 y autor de la columna “Serpientes y escaleras”, reveló que el líder nacional del PAN, Marko Cortés, intervino, a petición de Genoveva Huerta, para que la Sala Superior del Tepjf postergara el tema y bajara del orden del día el caso de Eduardo Alcántara.

El caso es que así fue y el tema ya no se tocó en la sesión del tribunal federal, por lo que está en espera de ser discutido y votado.

Lo único que veo aquí es un caso más de abuso y violencia contra una mujer, sea quien fuere.

Me parece una estupidez decir y pensar que a Eduardo Alcántara lo quieren bloquear, tumbar o impedir con miras al 2024, o desgraciar para evitar que esté cerca del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina.

Sobre todo cuando sabemos que el mandatario estatal es el principal defensor de las mujeres y las causas femeninas, de sus derechos y de sus aspiraciones en la política.

¿Quién podría creer que el gobernador poblano metería las manos por alguien que intentó abusar de una mujer?

Es una simpleza presumir o sugerir que existe una campaña en contra del panista cuando existe una falta grave de su parte, y ya incluso fue responsabilizado por parte de una autoridad.

¿Cuál campaña para humillarlo, si Alcántara ya está es parte del Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género?

¿Quién es el valiente que va a defender a un violentador más de las mujeres en Puebla?

Aquellos que lo defienden y culpan a los medios de orquestar una campaña en su contra deberían mejor intentar educarlo y enseñarle a respetar a las mujeres, si tanto les importa.

Es muy fácil tratar de desvirtuar las cosas, abrir la boca a lo tonto e intentar repartir culpas, lo mismo hizo Mario Marín para negar que había abusado de los derechos de Lydia Cacho, y hasta dijeron que “era su voz pero no era su voz”.

Los panistas yunquitas, morenovallistas, y de todas las corrientes, son políticos y no necesitan intermediarios para hacer sus enjuagues y acuerdos, no chinguen, sean serios.

Cada quien tiene lo que merece.

Y Lalito Alcántara se lo ganó por cochino.

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