Es una verdadera desgracia que mientras miles de ciudadanos se encargan de sacar la cara por el Instituto Nacional Electoral (INE), y por la defensa de las instituciones, esas que sí sirven en el país, algunos funcionarios electorales hagan todo lo contrario.

Y es que mientras unos tratan de construir, otros hacen todo para destruir.

Vaya paradoja.

Es el caso de Puebla y su siempre escandaloso, polémico, incongruente e inservible Instituto Electoral del Estado (IEE), encabezado por su flamante y malograda consejera presidenta, Blanca Yassahara Cruz García.

Un organismo electoral que sólo sirve para dar problemas al Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP) y al propio INE.

Porque como lo hemos evidenciado en estes espacio, en el IEE todo es corrupción, injusticia y desaseo político, legal y laboral.

Suman ya alrededor de 40 trabajadores despedidos del instituto, quienes no han tenido más remedio que firmar su renuncia bajo amenazas y advertencias de quien llaman la consejera 8, o la “chavita del 8”, la titular de la Dirección Administrativa, la morenovallista Christian Michelle Betancourt Mendivil.

La historia en el IEE es la misma desde que Doña Blanca llegó a hacerse cargo del organismo, donde, extrañamente, nadie dice nada sobre el terrorismo laboral que allí se ejerce, ni los “pulcros” consejeros, ni los representantes de los partidos, ni tampoco la propia presidenta.

Total, mientras todos tengan aseguradas sus canonjías las cosas pueden seguir como hasta ahora.

El caso es que sin evaluaciones de por medio, sin un análisis sobre los perfiles de los empleados que llevan años de experiencia en el IEE, se siguen cortando cabezas para liberar plazas y acomodar a los amigos.

Hoy por hoy el único requisito para poder formar parte del IEE es la genuflexión y la complicidad.

Ese es el sello de la casa y de Doña Blanca.

La consejera número 8, por aquello de que ha amasado mucho poder gracias a los buenos oficios de Cruz García, es la encargada de decidir el destino laboral de los empleados del IEE, quienes ya no ven lo duro sino lo tupido.

Porque los elegidos, calificados como incomodos y conflictivos por aquello de que conocen sus derechos laborales, siguen siendo rastreados, hostigados y despedidos.

Estos son llamados a la oficina de Christian Michelle Betancourt, son obligados a entregar su teléfono celular en la entrada, donde lo recoge un asistente de la administradora para evitar que sea grabado el momento de su destitución, y son obligados a firmar su renuncia sin mayor argumento.

La amenaza es directa: firmas y se te puede liquidar con algo, o te niegas y emprendes una demanda contra el IEE que no vas a ganar porque las autoridades locales le darán la razón al organismo.

Los tres trabajadores recientemente despedidos son:

NOMBRE INGRESO CARGO

PERMANENTE

UNIDAD / ADMINISTRATIVA
María Elizabet Taylor 8/01/2020 Directora de Archivo Dirección de Archivos
Abigail Pérez Zenteno 10/01/2020 Analista Operativo Regional Dirección de Organización Electoral
Eric Josué Castillo Ortega 01/01/2014 Analista de Soporte Coordinación de Informática

Y lo peor, a los empleados despedidos que deciden firmar su “renuncia voluntaria”, el cálculo de su liquidación se les realiza bajo los criterios de Betancourt Mendivil, ni siquiera por el área jurídica y mucho menos apegados a lo que marca la Ley Federal de Trabajo.

Así se hacen las cosas en el IEE, donde la única ley que vale es la de Blanca Yassahara Cruz y el resto de quienes integran el Consejo General, quienes mañosamente han enmudecido ante los hechos.

Por cierto, ¿cómo seguirán de mal las cosas en el IEE que nadie ha dicho nada sobre la demanda penal que enfrenta el consejero Jesús Arturo Baltazar Trujano, por los delitos de blanqueo de capitales y utilización de recursos de procedencia ilícita?

Los consejeros y representantes partidistas se hicieron los locos y los desentendidos ante los señalamientos en contra del consejero, a quien se le achaca, además, haber sido el responsable de las presuntas anomalías cometidas en la contratación de la impresión de papelería electoral y del Programa de Resultados Preliminares (PREP) en los comicios de 2021.

A Baltazar Trujano se le acusa de que en meses posteriores a la elección del 2021 realizó la compra de un inmueble y de un auto de lujo por 4.8 millones de pesos, cifra que rebasa casi en un cien por ciento sus ingresos económicos como servidor público.

El angelito, inexplicablemente, con sólo 2.5 millones de pesos de ingresos, como señala su declaración patrimonial, habría realizado la compra de un departamento de 3.7 millones de pesos, así como una camioneta de 1 millón 111 mil 900 pesos, lo que sumó un gasto total de 4 millones 811 mil 900 pesos.

¿Qué tal con nuestros consejeros del IEE?

El colmo del caso es que a pesar de enfrentar esta denuncia Jesús Arturo Baltazar no se haya separado del cargo que ostenta y por el que cobra una jugosa dieta mensual, y a pesar de ello el resto de los consejeros lo esté solapando.

Por cierto, Baltazar Trujano fue quien hizo la gestión para que Christian Michelle Betancourt fuese nombrada como titular del área administrativa del IEE.

Empero, lo más aberrante del caso es que este mismo consejero ahora quiera ser consejero nacional del INE, ya que se inscribió como aspirante al cargo.

A esto en mi pueblo se le llama “no tener madre”.

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