Vaya ridículo que hizo pasar la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, a los diputados que integran la Comisión Inspectora a Auditoría Superior del Estado, del Congreso del Estado y la LX Legislatura, ayer que pretendieron sorprenderla y someterla.

Vaya golpe y porrazo.

Porque la presidenta se presentó al llamado legislativo puntualmente, respiró, fue paciente y asestó tremendo soplamocos a nuestros flamantes legisladores encargados de auditar y revisar el gasto público.

No supieron ni qué decir.

Ni la presidenta de mentada comisión, la diputada Olga Lucía Romero Garci Crespo, esperó la reacción de la edil, quien recetó tremendo nocaut técnico a la Comisión Inspectora completa.

Empero, esos son los diputados que nos representan.

De ese tamaño y nivel.

Verdad de Dios que dan pena.

Eso sí, tremenda regañiza le propinaron a Doña Olga por haber recibido sin más ni más el documento entregado por la presidenta Claudia Rivera, quien nado como pez en el agua durante su estancia en la pecera legislativa.

Que pena de diputados, carajo.

Ni el mismísimo comandante del dogerismo, el diputado priista Javier Cacique Zarate, pudo revirar de buena forma.

Es más, lo dejaron con la palabra en la boca.

Esta vez le toco morder el polvo.

Peo diría el clásico “ni hablar, es lo que hay en el Congreso”.

¿Qué sigue en cuestión de auditorías para aquellos que no son aliados?

¿Quién sigue en la fila?

¿Alguien más de Morena, del PAN, del PRI o de la máxima casa de estudios del estado, la BUAP?

Y miren que la presidenta de la Inspectora, quien no se merece tal comisión, es ni más ni menos de Morena.

Que bueno que le dieron su jalón de orejas porque ayer la sometida fue ella y el resto de los diputados que encabeza.

Justicia divina, dijeran.

Esta vez el tiro les salió por la culata.

Sin embargo, habrá que preguntarse ¿hasta cuándo terminará la guerra entre el municipio y el estado?

¿Hasta dónde llevaran la persecución de las autoridades fiscalizadoras contra la BUAP y el rector Alfonso Esparza Ortiz, o contra aquellos que sólo se defienden de los ataques?

No veo que el Congreso poblano, la Comisión Inspectora y la propia Auditoría Superior del Estado (ASE), encabezada por Francisco Romero Serrano, llamen a cuentas a ediles que sí representan un foco rojo por las presuntas graves anomalías en sus municipios y administraciones.

Quienes verdaderamente llevan delantera en los medios por presuntos actos de impunidad, corrupción, ingobernabilidad, inseguridad y posibles actos de desvío de recursos.

Allí está San Martín Texmelucan, gobernado por Norma Layón Aarun, quien no ata ni desata en su municipio, por ejemplo, donde sigue el huachicoleo, donde la inseguridad es el pan de cada día, la colusión del crimen organizado con los cuerpos de seguridad, donde parece que reina la impunidad.

Otros más son Nopalucan y Atlixco, donde se debe hasta la gasolina de las unidades de seguridad pública.

A esos ediles ¿cuándo los va a citar la Comisión Inspectora a comparecer?

¿Pues no que muy estricta, diputada Olga Lucía Romero?

Por lo pronto la ASE, dicen, ya pactó con el edil Guillermo Velázquez Gutiérrez, de Atlixco, para no tener problemas con sus cuentas públicas hasta que concluya su mandato, al menos. Y por algo a su gobierno y a su persona ya no los tocan ni con el pétalo de una rosa.

Ya veremos cómo entrega el PAN y Memito el municipio a Morena en la próxima elección, porque su reelección ya no la solaparían los ciudadanos.

A propósito, dicen que la versión de la traición de Guillermo al PAN y a las dirigencias estatal y nacional ya fueron comprobadas por el líder de su partido, Marko Cortés Mendoza.

A ver si en una de esas no llega a Puebla a poner orden también en la capital con la dirigencia municipal.

Ya lo veremos.

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