Que pena que ante la desgracia nacional que se vive el país por la pandemia y el Covid-19, el gobierno de la república insista en distraer la atención de la gente con la novela de Odebrecht y su principal protagonista, el ahora famoso Emilio “L”.

Que pena que al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no le importen los 53 mil 929 muertos provocados por el mal manejo de la epidemia.

Que pena que en las ultimas horas México haya registrado un total de 492 mil 522 contagios, sobre los cuales se agregaron, tan sólo en el último día (ayer martes), un total de 6 mil 686 casos reportados y 926 fallecimientos.

Que pena que el rockstar, prencandidato, “Dr. Muerte”, o como le llamen a Hugo López-Gatell Ramírez, siga con su rosario de información y señalamientos que ni él mismo se los cree.

Que pena que muchos mexicanos sigamos creyendo que el maldito Covid-19 sólo es un invento, o que no les va a dar, o que ya terminó y está cediendo, o que no se contagiarán porque ya hay nueva normalidad.

Y que pena que hoy por hoy pretendan distraernos con el petate del muerto, y el infinito cuento de la corrupción, para evitar malos resultados por el proceso electoral y los comicios que se vienen.

¿No es raro que haya existido tanta corrupción en el pasado, en los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, y sólo Rosario Robles Berlanga, ex titular de la Sedesol y Sedatu esté en la cárcel?

Y peor aún: ¿no resulta ridículo que el mentado Emilio “L” esté libre y gozando de impunidad a pesar de haber participado en la triangulación de dinero, sobornos y manejo millonario de dinero por Odebrecht y otros presuntos fraudes?

Ahora resulta que el único error, pecado o falta de Emilio “L”, fue haber sido muy obediente, o muy ingenuo.

¿A quién querrán tomarle el pelo?

El circo, novela o cuento de Odebrecht y la corrupción son evidentes.

Si hay responsables pues caigan los que tengan que caer, pero ya.

Sin embargo, me parece que aún más grave la cifra de muertos que ya existen en el país por el Covid-19 que un cuento de corrupción por el que nadie está en la cárcel.

Los muertos sí van a pasar a la historia porque los políticos siempre la libran.

No entiendo cómo va a enfrentar Morena las elecciones intermedias que se avecinan.

¿Le va a apostar todo su capital a la aceptación de AMLO?

Ojalá recuerden que esta vez el presidente no va en la boleta.

¿Cómo caramba va a levantarse Morena de algunos municipios en los que, según las encuestas y los números, está en la lona?

Morena y el PRI parece que gobiernan de la misma forma.

No entiendo, insisto, cómo es que nadie del gobierno peñista-priista está encarcelado.

Porque lo único que hacen los porristas y promotores del pejismo es hacer guerras mediáticas.

Allí está el “periodista” y productor Epigmenio Ibarra, quien se la pasa defenestrando a todo lo que se anteponga al gobierno de AMLO.

En su Tuit Fijado, por ejemplo, se puede leer:

“Criminal el capo que ordena matar y robar combustible. Criminal el funcionario que recibe sobornos, los reparte y saquea a la nación. Criminal el súper policía que está al servicio del narco. Criminal el régimen que los engendra”.

¡Todos asesinan!

Pero no dice nada de que AMLO no ha metido a la cárcel a nadie por la muerte de los 43, por la masacre de Tlatlaya y por los niños quemados de la guardería ABC.

Yo agregaría a su tuit: “Criminal aquel que tiene el poder y no aplica la ley a secas para encarcela a todos estos terribles criminales”.

La guerra de los pregoneros del gobierno en turno sólo es mediática.

Y vuelvo a preguntar: ¿por qué no critican que nadie, absolutamente nadie, está en la cárcel por la supuesta corrupción que se ejerció en el pasado?

¿Verdad que parece que el Morena, el PRI y hasta el PAN son lo mismo?

Nos vemos el próximo 6 de junio en las urnas.

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