En Morena en Puebla deberían atender muy seriamente aquel dicho popular de “la confianza mató al hombre”, porque me parece muy peligroso que en el partido oficialista se estén dando visos de excesiva confianza, soberbia y ego desparramado.

Sobre todo si analizamos que ni la elección a la gubernatura ni a los ayuntamientos ha empezado, ni mucho menos, hasta ahora, nadie ha ganado nada.

Y más aún si tomamos en cuenta que el partido de la 4T se mantiene entrampado tras el proceso por el que se definieron y distribuyeron sus candidaturas, incluso la del Gobierno del estado.

Porque si hoy de algo adolece Morena es del enfado entre sus filas, de la división que existe entre los fundadores y los nuevos cuadros políticos morenistas que recién llegaron al movimiento.

De hecho, ya lo dijo la candidata presidencial de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” (Morena-PT-PVEM), Claudia Sheinbaum Pardo, “hay compañeros, compañeras, fundadores de Morena, que son fundadores pero que no ganan una encuesta, y hay otros compañeros que se acercaron hace seis años, hace tres, y que sí ganan una encuesta”.

Por algo lo dijo y, evidentemente, tiene razón, porque su partido se ha decantado por aquellos “nuevos cuadros”, los cuales sin importar su procedencia se quedaron con las primeras posiciones para acceder a los mejores escaños.

Morena, pero sobre todo Alejandro Armenta Mier, el candidato al Gobierno del estado, deben estar muy atentos a que en su partido no cunda la soberbia ni el exceso de confianza.

Lo mismo la simulación y el doble juego, males que siempre pueden complicar las cosas.

Al partido obradorista no le conviene llegar dividido al 2 de junio, y menos en la capital del estado, que es el municipio más importante y el que se tendría que ganar primero.

No hay duda de que en Morena existe la apremiante necesidad de la unidad, porque si esta no existe, insisto, el panorama electoral para la 4T podría resultar un gran dolor de cabeza.

Allí está la inconformidad del Verde, por la modificación de la planilla de regidores de Pepe Chedraui, candidato al Ayuntamiento de Puebla por Morena, quien ya debería salir al paso para evitar más ruido interno.

Pero si no es una es otra. Y los morenistas inconformes con la imposición de candidatos no son pocos.

Los hay en San Andrés y San Pedro Cholula, en Puebla, en Zacatlán, en Chignahuapan, en muchas regiones del interior del estado, así como por las listas de candidatos plurinominales y de mayoría.

La próxima elección en Puebla, evidentemente, tampoco es un día de campo para Morena, porque aunque las encuestas marquen una tendencia, lo cierto es que no hay nada seguro para nadie.

Ciertamente, el abanderado más importante de la 4T, Alejandro Armenta, lleva mucho camino recorrido y una gran ventaja sobre su contrincante más cercano, Eduardo Rivera Pérez, candidato de la coalición “Mejor Rumbo Para Puebla”, aunque las cifras de ventaja que ofrecen las distintas casas encuestadoras tampoco son una garantía de triunfo.

Más vale prevenir que lamentar, reza el dicho.

Y hay muchos ejemplos de ello.

El fuego amigo también es un gran problema porque puede enredarle el escenario a Morena y a sus candidatos.

Y así como hay quien apoya al presidente Andrés Manuel López Obrador, también hay quien lo odia.

La inseguridad que se ve y se siente en todo el país, los enfrentamientos, los escándalos de corrupción, los proyectos presidenciales muertos, los asesinatos, el grave conflicto no resuelto sobre la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, la crisis económica, los agravios contra la prensa y mucho más, son problemas que los ciudadanos tienen bien presentes.

Empero, son fenómenos que podrían pegarle a los candidatos de Morena no solo en Puebla sino en el resto del país y, en particular, en algunos estados.

Un factor más que debería preocuparle a Morena es que la oposición no está manca, porque si el PAN y sus aliados se ven perdidos en el estado, la capital va a ser muy difícil que permitan se las arrebaten.

Los partidos y candidatos de “Mejor Rumbo Para Puebla” se van a atrincherar en la ciudad, y no hay que perder de vista que cuentan con la estructura municipal.

Por algo Mario Riestra Piña y Eduardo Rivera, candidatos al Ayuntamiento de Puebla y al Gobierno del estado, respectivamente, ya aplican aquello de “divide y vencerás”.

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