En el Instituto Electoral del Estado (IEE) de Puebla, organismo que ya la hace de árbitro del proceso electoral actual, el cual culmina prácticamente con la próxima elección del 2 de junio, todo es un desastre.

Desde que llegó la actual consejera presidenta, Blanca Yassahara Cruz García, las cosas al interior del instituto van de mal en peor y nadie dice nada, ni consejeros, ni representantes partidistas.

Eso sí, los más fregados son los trabajadores del IEE, quienes están inconformes con el mal trato que se les da, con el terrorismo laboral que se ejerce en su contra, pero, sobre todo, con los abusivos, arbitrarios y asquerosos despidos ordenados por Doña Blanca y compañía.

Porque la instrucción de Doña Blanca es muy clara: a quien proteste se le va a despedir sin vacilación.

¿Quién controlará el IEE que no ha querido darles estabilidad, seguridad y certeza a sus trabajadores?

Tan solo ayer, los empleados estuvieron a punto de realizar una protesta pública porque ya era tarde y no les habían pagado su nómina y nadie les había dicho nada al respecto.

A la consejera Blanca Yassahara Cruz ya ni siquiera la buscan para exigirle respuesta o explicación a sus demandas porque siempre está ocupada y porque como ella misma lo dice: “yo no me rebajo a hablar con los gatos”.

Empero, lo peor de todo es que los trabajadores del IEE ya están hartos de los abusos en su contra, y en una de esas estallan en un paro de labores para protestar por todos los agravios que constantemente se cometen en su contra.

¿Se imaginan que en plena campaña en el IEE estalle una manifestación en contra de sus consejeros por los malos tratos y las injusticias laborales a las que asiduamente son sometidos?

Sería todo un escándalo.

¿Qué dirían las autoridades del estado?

¿Se atreverán a correr el riesgo?

Habrá que recordar que la flamante consejera presidenta del instituto puso de patitas en la calle a poco más de 40 empleados, quienes incluso contaban con una plaza o base, solo porque no eran de su agrado y estaban, según ella, apestados por la pasada administración.

Esto, desde luego, le costó una denuncia laboral de parte de un grupo de extrabajadores, quienes la acusaron de despido injustificado y por la que reclamaron un finiquito digno y apegado a la ley.

Casualmente, la encargada de despedir a los trabajadores del IEE es ni más ni menos que la directora administrativa, la morenovallista Christian Michelle Betancourt Mendivil, quien ordenó ayer que no se pagara la nómina hasta que ella lo determinara.

A esta funcionaria se le conoce en el IEE como la consejera número 8, o “la chavita del 8”, por aquello del poder que amasó gracias a los buenos oficios de otro polémico consejero que está constantemente en el ojo del huracán y que la hace de asesor de la presidencia, Jesús Arturo Baltazar Trujano.

El caso es que uno de los motivos por el que no se había pagado la nómina del IEE se debió a que a la directora administrativa se le ocurrió destituir y correr al contador Alberto César Martínez Gómez, quien se encargó de pagar los honorarios de los trabajadores por más de 16 años.

A “la chavita del 8”, Christian Michelle Betancourt, se le dio la gana despedirlo, a pesar de que contaba con base, por el simple hecho de que según ella era un incompetente.

La administradora circuló el pasado 30 de enero un oficio a directoras, directores y a los titulares de las Unidades Técnicas y Administrativas, así como a los encargados de despacho del IEE, para informarles que debido a que la Secretaría de Planeación y Finanzas les otorgó un presupuesto en el que se “reflejó una reducción presupuestal al instituto para este año” se tendrán que realizar adecuaciones al presupuesto del organismo en el capítulo 1000, denominado “Servicios Personales”.

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Foto: Especial

Es decir, en una de esas, a Christian Michelle Betancourt se le ocurre ajustarles y bajarle el sueldo al personal del IEE en pleno año electoral, cuando incluso lo que se requiere es más apoyo y personal para poder afrontar la elección del 2 de junio próximo.

¿Es o no todo un desastre el IEE?

Lo paradójico, ridículo y lamentable es que esa supuesta reducción presupuestal de la que informó la administradora del IEE solo les pegaría a los trabajadores de menor nivel, y no así a los flamantes siete consejeros, encabezados por Blanca Yassahara Cruz, quienes cada quincena cobran su jugosa dieta sin problema alguno.

Así de graves y asquerosas están las cosas en el IEE en pleno proceso electoral, a punto de arrancar campañas.

Por cierto, cómo estará lleno de estiércol el árbitro electoral poblano, que es el único organismo que mantiene entre sus consejeros a un sujeto que hizo negocio con el Programa de Resultados Preliminares (PREP) en los comicios de 2021, y que enfrenta una demanda por los delitos de blanqueo de capitales y utilización de recursos de procedencia ilícita.

Y de esto, como del terrorismo laboral en el IEE, tampoco nadie dice nada.

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