En el estado, la designación de muchas de las candidaturas de Morena con más peso e importancia, como por ejemplo la de Puebla capital, las de San Andrés y San Pedro Cholula, dependen del nombramiento del abanderado al Gobierno del estado.

Y son varias las razones, pues esas candidaturas se utilizarán como premios de consolación para quienes no alcancen la tan codiciada meta.

En esa posibilidad entrarían, desde luego, seis de los siete aspirantes al Gobierno del estado por el partido de la 4T, el cual se va a fracturar si no elige bien a su coordinador de los comités de defensa de la transformación en la entidad.

Porque el próximo viernes 10 de noviembre, cuando se dé a conocer al ganador de la encuesta madre de Morena, la cual define a su próximo candidato al Gobierno de Puebla, ya se sabrá, probablemente, el futuro del resto de las corcholatas locales.

Incluso, Claudia Rivera Vivanco, por ejemplo, ya aceptó que si su partido no le concede la candidatura al Gobierno se apostaría por lograr la candidatura al Senado.

¿Qué sabrá la exedil, quien parece haber tirado la toalla por adelantado, que el resto de los poblanos no?

Sin embargo, dudo mucho que Julio Huerta Gómez, el gallo del barbosismo, acepte un premio de consolación por levantarle la mano al ganador, particularmente si se trata de Ignacio Mier Velasco, el líder de la bancada morenista en la Cámara de Diputados.

Y en ese sentido iría el senador Alejandro Armenta Mier, quien sigue siendo el más adelantado en casi todas las encuestas que han medido las posibilidades de los aspirantes.

Armenta, hay que decirlo, es el más peligroso de los morenistas si es que decide no apostarle a su partido en caso de que no se vea favorecido como el futuro candidato de Morena en 2024.

Sobre todo porque su estructura está probada y podría reforzarse con los seguidores de los otros aspirantes, quienes están más cerca de él y hasta del propio gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina.

En el caso de Olivia Salomón VibaldoLizeth Sánchez García y Rodrigo Abdala Dartigues, bien podrían aspirar al resto de las candidaturas y me parece que tampoco verían con malos ojos la ciudad de Puebla.

Aunque la cosa en el partido de la 4T parece más complicada que eso, toda vez que tanto para la capital poblana como para las cholulas parece que ya hay tiradores muy interesantes que tendrían que bajarse si las corcholatas intercambian sus aspiraciones.

Una de las grandes incógnitas es qué pasará con el empresario Pepe Chedraui, quien está metido con todo en la carrera por la candidatura de Morena por el Ayuntamiento de Puebla.

Pepe, evidentemente, es la carta del gobernador Sergio Salomón para el gobierno de la ciudad, incluso la dirigente de Morena en el estado, Olga Romero Garci-Crespo, ya le abrió la puerta para que se sume como candidato externo por su partido.

¿A poco van a bajar a Pepe en caso de que ni Julio, ni Olivia sean el candidato de Morena?

Y lo más interesante ¿Pepe aceptará bajarse?

Por lo pronto, el empresario lleva ya mucho terreno galopando en la capital y podría ser un gallo bien jugado.

Y un tema similar sucede en San Andrés Cholula, donde el también empresario y exfuncionario del gobierno, Víctor Correau Galeazzi, ya se pronunció por la candidatura de Morena a la Presidencia Municipal.

Víctor, hay que destacar, no es ningún improvisado pues ya encabezó el organismo público descentralizado Ciudad Modelo, además de que fungió como subsecretario de Gobernación.

En San Andrés Cholula, habrá que subrayar, el presidente municipal panista Edmundo Tlatehui Porcino tiene la intención de heredarle el poder a su esposa, Guadalupe Cuautle Torres, por lo que Víctor Correau pretende evitarlo.

Así las cosas en Morena y en Puebla en la víspera del destape de quien será su coordinador de los comités de defensa de la transformación en la entidad.

Ya veremos cómo les va.

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