En el PAN poblano las disputas internas, la guerra entre grupos y el doble juego se mantienen en agravio del presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, quien se perfila para convertirse en el abanderado de la oposición al Gobierno del estado el 2024.

Porque no solo es el grupúsculo que impulsa las aspiraciones de la senadora Nadia Navarro Acevedo, el que trata de hacerle contrapeso al edil de cara al proceso electoral federal que se avecina, sino también ediles como Paola Angon Silva.

Y es que la edil de San Pedro Cholula, quien se mueve bajo las órdenes de la diputada federal Genoveva Huerta Villegas, mantiene un doble o hasta triple juego que esconde detrás de la supuesta camaradería con su homólogo de Puebla capital.

Así es.

Mientras la edil le da una cara Eduardo Rivera, a quien supuestamente apoya como posible candidato del Frente Amplio por México en Puebla, por otra apoya las aspiraciones del diputado federal Ignacio Mier Velazco.

No hace falta más que seguir el hilo y vínculo familiar de la edil cholulteca para darse cuenta de su intentona a favor de Morena.

De entrada, habrá que recordar que Paola Angón le debe la presidencia municipal de San Pedro a Genoveva Huerta, la enemiga número uno de Eduardo Rivera y quien puja ante Marko Cortés Mendoza, líder nacional del PAN, la caída de Lalo como aspirante.

Junto con Genoveva, el diputado violentador de mujeres, Eduardo Alcántara Montiel, es quien le sigue el juego a Paola Angón para intentar frenar las aspiraciones de Rivera Pérez, pero desde el Congreso del estado.

Habrá que recordar que Montiel es yerno de Paola Angón, esposo de la hija de la edil, María de la Barreda Angón, actual presidenta del DIF municipal en San Pedro Cholula.

Y para variar, el padre de María de la Barreda es un panista arrepentido de nombre Aldo de la Barreda, quien hay días que es azul pero también una simpatizante guinda y de la 4T.

De hecho, los múltiples conflictos entre Paola Angón y su Cabildo se han dado por la triste asesoría de Aldo de la Barreda, quien incluso influye en la toma de decisiones del gobierno cholulteca.

El caso es que esa ala panista en Puebla, quien vive a costa del erario de San Pedro, es la que coordina tal vez la campaña negra más intensa contra Eduardo Rivera, quien no solo enfrenta los conflictos generados por la dirigente estatal de su partido, Augusta Díaz de Rivera Hernández, sino también los provocados por el grupo radical de Paola Angón.

El enlace púbico de la edil de San Pedro con el grupo de Nacho Mier es Aldo de la Barreda, quien opera abiertamente a favor del morenista pero que, insisto, la hace al mismo tiempo de asesor y gestor en el atropellado gobierno cholulteca.

Lo único bueno para Lalo Rivera es, tal vez, que esa ala radical panista tampoco ha podido hacer efectivo su contrapeso debido a que no han logrado ni siquiera resolver sus propios escándalos.

A Eduardo Alcántara aún se le sigue su proceso de expulsión en el PAN, es un violentador consumado de mujeres y un diputado al que sus vicios y su pasado lo persiguen. Su credibilidad está por los suelos.

Paola Angon no ha logrado mantener al cien por ciento la gobernabilidad de su municipio, ni el control total del Cabildo y dicen que le vienen cosas fuertes por el derroche económico en su gobierno; mientras que Aldo de la Barreda vive su mejor momento político solo porque el gobierno de San Pedro es conducido por su expareja.

Genoveva Huerta es la única panista de esa minoría que se mantiene vigente, firme y con posibilidades de poder figurar en las mediciones que se hacen de cara al 2024.

Y, bueno, por algo ese trompicado grupillo está a sus enteras órdenes.

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