El Instituto Electoral del Estado (IEE) resultó ser un organismo público suigéneris que es capaz de violar sus propios acuerdos, de acomodar o interpretar la ley a su conveniencia, de evadir sus responsabilidades y de hacerse de la vista gorda cada que le conviene.

Y esa misma estrategia opaca, dilatoria y sesgada ocupan todos sus consejeros y representantes partidistas para operar.

De ese tamaño es el IEE en Puebla, el árbitro encargado de organizar los próximos comicios federales del 2024 en los que se renovarán todos los cargos, desde presidente de la república, gobernadores, legisladores -locales y federales- y ediles.

¿Qué habremos hecho tan mal los poblanos para haber merecido un IEE como el actual?

¿Tan mal estamos?

Porque, el organismo que encabeza Blanca Yassahara Cruz García, su consejera presidenta, está tan podrido que es capaz de violar sus propios acuerdos sólo para justificar su actuar.

Y es que el IEE, en el 2020, aprobó mediante acuerdo CG/AC-003/2020 que los integrantes del Consejo General pudieran desarrollar sesiones virtuales o a distancia para evitar el contagio del Covid-19.

En ese momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había decretado, el 11 de marzo de 2020, una pandemia por la grave propagación del virus hoy conocido, también, como SARS-coV-2.

Lo mismo sucedió con las autoridades del estado, las cuales decretaron la suspensión de labores presenciales en la administración pública, a fin de resguardar a los trabajadores y garantizar su integridad física y su salud.

Es por ello que el IEE y su Consejo General decidieron que las sesiones presenciales de los órganos colegiados quedaban suspendidas con motivo de la pandemia y para evitar posibles contagios.

Toda actividad del IEE se realizaría, entonces, mediante trabajo a distancia y con el uso de tecnologías de la información y comunicación con que cuenta el organismo y el personal que allí labora.

Es decir, hace 3 años y 3 meses que el Consejo General del IEE no sesiona de manera presencial, a pesar de que la pandemia y el virus del Covid-19 o SARS-coV-2 terminó el pasado 5 de mayo del año en curso, según el decreto emitido por la OMS.

Desde entonces, el IEE, su consejera presidenta, Blanca Yassahara Cruz, el resto de sus consejeros y los representantes de los distintos partidos, se han hecho tontos y han evitado -bajo cualquier pretexto- sesionar de manera presencial.

El motivo, por supuesto, evadir y enfrentar los cuestionamientos de la prensa ante la actitud voluble, incongruente y gris de un IEE mudo, ciego y sordo ante los actos anticipados de campaña que se dan todos los días en Puebla.

Porque la estrategia del instituto electoral hoy es callar y hacerse el loco disque trabajando y firmando convenios de todo tipo, los cuales incluso muchas veces no tienen ni que ver con el proceso electoral que se avecina.

Lo que se sucede en el IEE es de mucha gravedad, pues se ha autocensurado y se ha cerrado a los cuestionamientos de los medios de comunicación, los cuales están ávidos de conocer qué piensa las autoridades electorales sobre las campañas adelantadas que realizan los aspirantes a los distintos cargos públicos.

Empero, simplemente al IEE y a su consejera presidente no se les da la gana realizar sesiones presenciales para evitar informar.

Así que mientras todos en la administración pública local trabajan de manera presencial, sin cubrebocas, ya con las mínimas medidas sanitarias por la conclusión de la pandemia, el IEE sigue sesionando a distancia para evitar a “los molestos medios”, según su presidenta.

Incluso en el IEE se han atrevido a violar el acuerdo aprobado por su mismo Consejo General, pues en su Considerando 6. REGLAS PARA EL DESARROLLO DE SESIONES VIRTUALES A DISTANCIA, inciso G, referente a la Temporalidad, se precisa que: Las sesiones virtuales o a distancia y las reglas establecidas para su desarrollo, se encontrarán vigentes hasta en tanto no existan las condiciones de salubridad o fácticas necesarias para el desarrollo de las sesiones de manera presencial, así como hasta en tanto no se cuenten con los protocolos necesarios aprobados por el Consejo General.

La incongruencia de la consejera presidenta, Blanca Yassahara Cruz, y el resto de los integrantes del Consejo General del IEE, es tan burda que les vale un comino seguir realizando cómodamente sus sesiones a distancia para tratar asuntos electorales.

Eso sí, se mantienen organizando eventos presenciales de temas que ni les competen.

Allí están como ejemplo los múltiples paneles, foros y firmas de convenio armados sobre cualquier tema como el bienestar animal, en el que su presidenta participa y hace gala de su “amplia sabiduría”.

Es lamentable que al actual IEE no le interese ni tantito el despilfarro de recursos públicos y los infinitos actos anticipados de campaña que se realizan todos los días en Puebla, mediante propaganda de todo tipo y tamaño.

Que triste que al IEE no le importe cumplir con su tarea de sesionar e informar de manera presencial, como el árbitro electoral de los poblanos.

Sólo Doña Blanca y el florero que tiene como secretario ejecutivo, Jorge Ortega Pineda, están enterados de lo que hacen la Oficialía Electoral, la Contraloría Interna y/o la propia Comisión de Quejas y Denuncias del IEE.

En el IEE todo puede suceder y nadie lo sabe, tal como sucedo con los despidos del personal de confianza y de base ante la llegada de su presidenta, quien ha hecho del organismo su coto de poder y su reinado.

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