El Segundo Informe Legislativo del diputado federal panista Mario Riestra Piña fue todo un éxito porque logró reunir -cosa rara en estos días- a los distintos liderazgos de su partido en Puebla.

Mostró el punch que tiene como político y como funcionario panista, de los pocos importantes que ya quedan en el estado.

Porque Mario es un panista de fórmulas, técnico y avezado.

Hace política con compas, con transportador y con regla para tratar de ser exacto.

Y cómo no, si tuvo un maestro de excelencia, su padre Mario Riestra Venegas, exsecretario de economía con Manuel Bartlett Díaz; expresidente de la Cámara México-Alemana de Industria y Comercio, Cónsul honorario de la República de Panamá en Puebla, vicepresidente de la Unión de Empresarios de Puebla y presidente del Club Rotario.

Por algo el diputado federal advirtió en su discurso que “hay Riestra para rato”.

La convocatoria de personajes que logró para su informe no podía haber sido mejor, pues allí estuvieron, de entrada, los coordinadores del PAN en la Cámara Baja y la Cámara Alta del Congreso de la Unión, Jorge Romero Herrera y Julen Rementeria del Puerto, respectivamente.

En primera fila se mostró el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez; además, Silvano Aureoles, aspirante a la presidencia por el PRD; la dirigente estatal del PAN, Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández; Jesús Zaldivar Benavides, dirigente municipal; Rafael Micalco Méndez, líder de la bancada panista en el Congreso local; Genoveva Huerta Villegas, exlíder panista y diputada federal; Blanca Alcalá Ruiz; Pepe Chedraui, empresario poblano y asesor del gobierno del estado.

Lo mismo estuvieron presentes diputados federales, locales y regidores panistas, así como dirigentes de otros partidos y panistas morenovallistas como Jorge Aguilar Chedraui y Javier Lozano Alarcón.

El negrito del arroz, desde luego, fue Eduardo Alcántara Montiel, un diputado sobre el que pesa un proceso de expulsión en su propio partido por haber cometido actos de violencia política de género en agravio de Erika de la Vega, a quien le pidió favores sexuales a cambio de apoyo en sus aspiraciones.

A pesar de ello, Mario Riestra no lo discriminó y también lo invitó a su informe, en el que llamó a su partido y a sus aliados a la unidad para poder sacar a Morena del poder.

Dejó entrever que se apoyará en el trabajo del edil Eduardo Rivera, e insinuó que podrían llegar juntos al 2024 haciendo dupla.

Sin embargo, los panistas, incluido el propio Mario Riestra, deben ser muy realistas y entender que en su partido la unidad es lo que menos hay, por lo que deben trabajar mucho para poder lograrla.

Y si no que le pregunten al abuelo panista que aún puja por seguir viviendo del erario, Francisco Fraile García, el mal llamado “pastor” porque ya no le queda ni una sola oveja de las que, dudo mucho, tuvo algún día.

Contrario a lo que dicen, Paco Fraude, como también se le conoce, mas bien lo que quiere es venganza porque desde la última elección le quitaron la candidatura al gobierno de San Andrés Cholula.

Ya este viejito lo que debería hacer es irse a casa a cuidar a sus nietos, porque la política que pretende hacer con esa frase más trillada que sus discursos “bien y de buenas”, no convence ni a su propia familia.

Fraile, quien aseguró se cometió un fraude del PAN en la elección del 2018 lo único que hizo fue vomitar su odio, su rencor y sus frustraciones contra los mismos panistas que no lo dejan hacer lo que se le antoja en su partido.

Porque cree que el mote de “pastor” le va a regalar impunidad, cargos en automático y reflectores.

Sólo provocó una pesadilla panista más, de cara al 2024.

¿Cómo presumir unidad en el PAN cuando hay personajes como Fraile que escupen resentimiento contra su propio partido?

¿Alguien cree que Genoveva Huerta va a hacer las paces con Lalo Rivera sin tomar venganza por lo que atraviesa su protegido, Lalito Alcántara?

O a poco creen que Eduardo Rivera le va a perdonar tan fácil a Jorge Aguilar todos los agravios cometidos en su contra durante el sexenio morenovallista.

Francamente hay cosas que no se olvidan nunca, sobre todo cuando la familia fue la agraviada.

El PAN no tiene un camino nada fácil rumbo al proceso electoral del 2024.

Mucho menos cuando el PRI pretende pactar una falsa alianza con el PAN -al que le vende espejitos- porque es evidente que está sometido por el ducho gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina.

Es más, el PRI, junto con el mandatario estatal, ya tiene candidato al Ayuntamiento de Puebla y se llama Pepe Chedraui, a quien ya le están metiendo todo el power.

Porque la negociación para que el PRI acepte pactar la alianza será la siguiente: si Lalo Rivera es candidato al gobierno del estado por Va por Puebla, entonces Pepe Chedraui será quien busque la capital, apoyado por el tricolor y por Morena.

Eso sí, las cosas cambian si Lalo le dice NO a la gubernatura y decide reelegirse.

Hagan sus apuestas.

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