Me informan que en el Instituto Electoral del Estado (IEE) de Puebla la línea y la política laboral “dura”, esa que no se tienta el corazón para ordenar despidos sin derecho de réplica, no va a ceder.

Es más, juran las voces del árbitro electoral poblano que cualquier protesta, filtración, denuncia y queja, sobre lo que sucede en la administración de la consejera presidenta, Blanca Yassahara Cruz García, ni les va ni les viene.

Me aseguran que las quejas y denuncias que ventilan la persecución y el terrorismo laboral en el instituto, al Consejo General y a todos sus consejeros, les dan risa.

Lo que demuestra sólo una cosa: que el cinismo es la carta de presentación en el IEE.

Y así parece que la autoridad electoral va a llegar al 2024.

Que grave.

Eso sí, me confirman, también, que la limpia al interior del organismo electoral poblano es toda una realidad y va a continuar.

Seguirá hasta que en las distintas áreas exista nuevo personal -con o sin experiencia- con tal de barrer a los antiguos empleados.

El objetivo no es otro que los titulares de área sean amigos, compadres, cuates o alcahuetes, o lo que sean, pero que se sometan a “Doña Blanca”.

Así que los trabajadores y ex empleados (los despedidos) del IEE no tienen de otra que aguantar, defenderse legalmente y negociar, si es que se da el caso, su salida digna del instituto y su liquidación de ley.

Porque sólo hay de dos para los trabajadores: o se van solitos o los echan a la calle.

Y todo por haber laborado junto al ex secretario ejecutivo, Cesar Huerta Méndez, quien fue cesado de su cargo por órdenes expresas de la consejera presidenta Blanca, Yassahara Cruz.

Con el cuento de que la deslealtad priva entre los trabajadores que tuvieron relación, aunque sea mínima, con Huerta Méndez, se está expulsando a los empelados del IEE tengan o no antigüedad, experiencia, plaza o facultades para sus cargos.

Lo que quieren en el IEE, tal parece, es un “club de Toby” y no un Consejo General.

Un grupillo que se someta a las órdenes de Doña Blanca, del restos de sus consejeros, de los representantes de los partidos y hasta de los subordinados que sean comparsas de los mandones del organismo.

Esta para Ripley’s el caso del nuevo IEE.

Y lo peor es que nadie, por conveniencia propia, dice absolutamente nada.

Así se ejerce la democracia electoral en tiempos de la 4T.

Lo extraño es que Blanca Yassahara Cruz, quien viene de las filas y de las reservas del INE, haga todo lo contrario que Lorenzo Córdova Vianello a nivel nacional.

Mientras uno defiende al instituto, a los organismos locales y a la democracia de Morena y de la 4T; la otra, en Puebla se encarga de desarticular al IEE a unos meses del proceso electoral que viene.

Vaya escándalo, el cual, seguramente, tendrá repercusiones.

Y mientras por una parte hay un despido masivo contra los supuestos comparsas de las autoridades de antes, por otra se sigue contratando personal, “amiguis” de Doña Blanca, con sueldos estratosféricos de los que nadie dice nada.

Algunos de los nuevos funcionarios con sueldazos de envidia son:

Nombre Puesto Sueldo mensual
Josefina Steffanoni León Particular del Secretario Ejecutivo $ 21,014.02
Bruno Augusto Arcos Arenas Coordinador $ 21,014.00
Roberto Carlos Guzmán Díaz Jefe de Oficina $ 19,015.00
Jordán Melchor Corte Jefe de Departamento $ 17,139.48
Liviee Asucena Nery Gama Jefa de Departamento $ 17,139.48
Mari Cruz Saavedra Subdirectora de Planeación y Evaluación $ 26,087.42

¿Qué tal?

Estos “funcionarios fifis” cobran mensualmente no menos de 17 mil pesos.

Con razón hay limpia en el IEE.

Pobre instituto, siempre ha sido todo un desastre.

Ni la anterior administración, ni la actual tienen vergüenza.

Por cierto, el peor terrorismo laboral que enfrenten los trabajadores del IEE está enquistado en la Dirección Administrativa, a cargo de la morenovallista Christian Michelle Betancourt Mendivil.

Y para muestra un botón, pues recientemente giró órdenes estrictas de que el personal del IEE no hable o platique en los pasillos, y si alguien desea salir a la tienda, por lo que sea, debe contar con su autorización.

Eso sí, se pone enérgica con los empleados y sus subordinados, pero no así con los funcionarios electorales que mantienen relaciones sentimentales con sus pares, porque déjenme decirles que hay “empleados de alto nivel” que la andan haciendo de Romeo y Julieta en el IEE.

Y con eso del mes del amor y la amistad la cosa se pone caliente.

Cupido anda desatado en el IEE.

Empero, esta historia, en la que aparece un tal Fausto Juan Ortega Ramírez, como dijera mamá Lupita, es otra historia.

Continuará…

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