Es evidente que el hombre fuerte del gobernador del estado Sergio Salomón Céspedes Peregrina no es otro que Javier Aquino Limón, su asesor, colaborador, amigo y hasta compadre.

Y así lo ha entendido “la nueva” clase política, el barbosismo, la oposición y el gabinete de gobierno en pleno.

El propio Javier está sorprendido con el cambio y giro de 360 grados que dio su vida, su carrera política y su quehacer en el servicio público.

Sobre todo porque él es un hombre sencillo, disciplinado y dedicado a sus responsabilidades.

Está sorprendido porque el cargo de Jefe de Oficina que le ha conferido y confiado el gobernador Sergio Céspedes lo puso en la palestra política, mediática y de importancia en el estado.

Jamás imaginó que hoy por hoy sería el hombre más confiable del mandatario poblano, aunque también ahora el más solicitado.

Lo cierto es que los reflectores no le importan tanto como sí poder hacer un buen papel incluso como jefe de gabinete, ya que parece estar incluso por encima del secretario de gobernación Julio Huerta Gómez.

Eso sí, Javier Aquino respeta jerarquías y está dedicado en tiempo y alma a apoyar a su jefe y amigo, el gobernador Sergio Céspedes.

Difícilmente, por su carácter y perfil político, habría un enfrentamiento entre Javier y el resto del grupo barbosista, con quien sabe que debe tener una relación de respeto y apoyo para poder lograr un buen gobierno en lo que resta de la actual administración.

Porque el Jefe de Oficina del gobierno salomonista es un político que tampoco está obsesionado con los reflectores y la fama pública, ya que es más bien un funcionario introvertido al que le gusta más la efectividad y la discreción.

Prueba de ello es que en el Congreso del Estado, como asesor parlamentario, prefirió estar tras bambalinas y trabajar sin mayor problema.

Hoy por hoy no hay por qué hacer lo contario.

Es por ello que Javier Aquino es el hombre más confiable y favorito del gobernador Sergio Salomón Céspedes.

Los que sí deberían preocuparse son aquellos funcionarios que a la fecha se la pasan nadando de muertito pensando que nada ha cambiado, y que pueden seguir gozando de las mieles del poder por la simple bendición de algún padrino político.

Hay muchos ejemplos y casos en la estructura del gobierno del estado.

Un caso especial es el de Gabriel Biestro Medinilla, Secretario de Trabajo.

El también ex diputado, hay que recordar, fue el único barbosista que se enfrentó con el actual gobernador Sergio Céspedes, y al que la hizo la guerra con la intención de derrocarlo en el Congreso del Estado.

Lugar, por cierto, donde Biestro dejó todo un cochinero, desde aviadores, pagos injustificados, gastos excesivos y demás irregularidades que incluso aún se siguen corrigiendo.

Por lo pronto, el secretario de trabajo ya intentó obtener el perdón del gobernador y hasta olvidó lo que es la dignidad con tal de aferrarse al hueso.6

Para desgracia de Gabriel, la secretaría que encabeza es la que peores resultados ha logrado en los últimos meses, incluso se dice que el propio ex gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta ya había pensado relevarlo.

Poco a poco el aún titular de Trabajo se ha quedado solo, sin estructura ni grupo político que pudiera respaldarlo como antes.

Sus propias ex operadoras en el Congreso local, las diputadas Nora Merino Escamilla y Tonantzin Fernández Díaz ya lo abandonaron, pues ahora responden a los buenos oficios del gobernador Céspedes.

De sobra está decir, entonces, quién es el apestado del actual gabinete de gobierno, se llama Gabriel y se apellida Biestro.

Al tiempo…

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