Los enfrentamientos se multiplicaron este viernes en el este de Ucrania, donde los separatistas ordenaron evacuar a los civiles hacia Rusia, generando nuevos temores de que el presidente Vladimir Putin esté ultimando los preparativos para invadir el país.

El mandatario ruso admitió una “agravación de la situación” en Donbás, región donde el ejército ucraniano se enfrenta desde hace ocho años a las fuerzas separatistas apoyadas por Moscú.

El retumbar de las bombas se percibía en Stanytsia Luganska, una localidad ucrania bajo control de las fuerzas gubernamentales cerca de la línea del frente, indicó un periodista de la AFP. La víspera, esta ciudad ya fue blanco de bombardeos, que alcanzaron una guardería, en un ataque que por milagro no dejo ningún muerto.

Los dirigentes de las autoproclamadas repúblicas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk (ambas en el Donbás) ordenaron la evacuación de la región.

Denis Pushilin, el líder de Donetsk, anunció en un video “una salida masiva y centralizada de la población” hacia Rusia. Leonid Passetshnik, al frente de Lugansk, pidió que la población abandonara el territorio “para evitar víctimas civiles”.

Las autoridades ucranianas señalaron 45 violaciones al alto el fuego por parte de los separatistas prorrusos el viernes. Éstos, a su vez, informaron de 27 disparos por parte del ejército ucraniano en las últimas horas.

Este aumento de los combates tiene lugar en plena escalada de tensiones entre Rusia y los países occidentales, que acusan a Moscú de haber desplegado decenas de miles de soldados en la frontera con Ucrania con miras a invadirla.

Rusia niega estos planes y desde el martes anunció una serie de retiradas de sus tropas en la frontera, aunque segun Kiev, sigue habiendo allí 149 mil efectivos rusos.