Por: Alfonso González

Con la novedad de que el mentado debate para los candidatos al Ayuntamiento de Puebla, propuesto por Morena y su abanderada Claudia Rivera Vivanco, sí sería una realidad siempre y cuando el Instituto Electoral del Estado (IEE) lo patrocine.

Porque, aunque el consejero presidente del organismo electoral, Miguel Ángel García Onofre, aseguró que su instituto está dispuesto a organizar el evento, lo cierto es que el ejercicio más bien depende de los abanderados.

Y depende de ellos por varias razones:

La primera, y la más importante, es que, si no se confirma la asistencia de todos, o de por lo menos la mitad de los candidatos, podría resultar un ejercicio vano.

Imaginemos que únicamente se presenta al debate Claudia Rivera y Evelyn Hurtado Morales, del Partido Nueva Alianza.

¿Eso sería un debate?

O que los dos candidatos que verdaderamente se están disputando el municipio de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, del PAN, y Claudia Rivera no asistan por alguna cuestión personal, de agenda o de estrategia.

¿Habría debate?

¿Quién estaría interesado en un “debate” sin los dos candidatos punteros?

Y existe otro factor que frustra las intenciones de rivalizar de los 8 candidatos: el financiamiento del mentado evento.

Porque, al parecer, las autoridades electorales no están dispuestas a invertir mucho dinero en un acto que parece no tener peso, sobre todo por el tan corto tiempo de campaña.

Y si a esto sumamos que el costo extra para el debate, el cual sería de 800 mil pesos, lo tendrían que pagar los mismos candidatos, la cosa se pone de a peso. Particularmente, porque si esto lo agregamos a los gastos de campaña de los abanderados ya habría complicaciones.

Ninguno de los candidatos está dispuesto a invertir parte de sus recursos de campaña para la organización del acto.

Dijera el clásico: así no es negocio.

¿Ahora, qué tan conveniente resulta un debate en Puebla, entre todos los aspirantes a ediles, entre los 2 punteros y otros 6 que nadie conoce?

¿Y si sólo participan los más adelantados?

¿Qué pensarán los ciudadanos?

Todavía falta analizar la capacidad de cada aspirante para debatir, para intercambiar ideas, para exponer, proponer y refutar.

¿Hay nivel para ello?

Habrá que subrayar que el debate siempre le pega y afecta al candidato más adelantado, al que encabezas las preferencias, en este caso al representante del PAN, Eduardo Rivera.

¿Estará dispuesto a exponer su ventaja así por qué sí?

Me parece que esto tendría que pensarlo porque la ventaja de entre 5 y 10 puntos porcentuales que lleva se puede acortar de forma peligrosa.

Sobre todo, cuando Morena, como marca, sigue llevando la delantera.

Son muchos los factores que los punteros tendrían que analizar para poder decidir si aceptan o no el famoso debate.

Ahora que, si de los temas para debatir se trata, seguro nuestros ocho candidatos tampoco están tan preparados como se debe.

¿O alguien ya escuchó una propuesta sensata y viable de Roberto Ruiz Esparza, candidato del Verde?

¿Y qué me dicen de Eduardo Rivera Santamaría, del Partido Fuerza por México?

¿Qué decir de los otros aspirantes, Alfredo Victoria Moreno, del PES; Edgar Yami Yitani, de Movimiento Ciudadano (MC); y de América Soto, de Redes Sociales Progresistas (RSP)?

¿En verdad Puebla quiere verlos debatir a todos?

La competencia electoral por la ciudad, hay que subrayarlo, se ha reducido en los últimos días a una competencia de dos, a una revancha y a un ajuste de cuentas: el aspirante del PAN contra la candidata de Morena.

Así que vayan haciendo sus pronósticos.

Y es muy fácil dar con el ganador, analice quién de los dos hizo y ha hecho algo por Puebla.

 

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