Mentadas de madre, insultos, denuncias públicas, casos de abuso sexual, amenazas de muerte, desafueros, provocaciones y exhortos estúpidos, es lo que caracteriza a las actuales campañas y al proceso electoral que se vive en el país y en Puebla.

Unas campañas, evidentemente, sui géneris por la pandemia.

Los comicios en puerta ni son ni serán como los últimos del 2018.

Tras el Covid-19 todo cambió, la vida, la política, el país, todo proceso en el resto del mundo.

El tema de la salud, hoy por hoy, es prioridad.

Para bien y para mal, eso sí.

Para bien, porque gracias al vicho los partidos no van a derrochar los miles de millones y millones de pesos en propaganda basura, la cual siempre se queda en las calles y en las coladeras de la ciudad.

Ahora, los partidos y candidatos le están apostando más a las redes sociales, a afinar y a patrocinar con dinero -constante y sonante- sus estructuras, el famoso voto duro.

También están invirtiendo sus miles de pesos en despensas, en apoyos económicos directos, en paquetes de salud y, sobre todo, en volantes, dípticos, trípticos y toda clase de publicidad en papel que pueda circular fácilmente.

Se acabaron, al menos en esta elección, los grandes mítines, el acarreo, el derroche de dinero en gorras, playeras, autobuses, espectaculares (esto por la ley local) y demás utilitarios.

Hoy la estrategia de los partidos consiste en regalar lo menos, impulsar campañas austeras, y en seguir prometiendo la luna y las estrellas al electorado.

Porque las mentiras de los políticos y candidatos, esas sí no se han acabado. Esas están más vigentes que nunca, porque de lo contrario no habría forma que los ciudadanos votaran por ellos.

Afortunadamente, los ciudadanos, los mexicanos y los poblanos, estamos más despiertos e informados que nunca.

Ya no nos dejamos engañar tan fácilmente, mucho menos a cambio de una gorra o una playera, o de cualquier dádiva que nos quieran tirar al piso los políticos.

La actual crisis económica, laboral, social y de salud nos está obligando a exigir mejores condiciones de vida a nuestros gobernantes, a quienes pretenden ocupar un cargo público.

Celebro que seamos un poco más exigentes, y que las benditas redes sociales estén desenmascarando a los asquerosos políticos de siempre, quienes se la pasan -elección tras elección- prometiendo “leyes justas” y “programas con beneficios para todos”.

Empero, llama la atención que en Puebla la mayoría de los partidos y sus candidatos a diputados federales, al menos, estén pasando de noche la elección.

Los panistas son los únicos que han desplegado una gran campaña con lonas, microperforados, banderas, dípticos, volantes, siluetas, gorras, playeras, chalecos, cubre bocas, sombreros y toda clase de artículos promocionales.

¿Estará atento el Instituto Electoral del Estado (IEE) y el Instituto Nacional Electoral (INE) ante el derroche millonario de recurso del PAN poblano?

Vaya que los morenovallistas que aún sobreviven en Puebla se están gastando sus “ahorritos” en esta elección.

Aunque, ¿no será dinero de los que se hicieron ricos en el pasado?

Y eso que aún ni siquiera empieza la elección a diputados locales y presidentes municipales.

Sin embargo, en aras de la transparencia sería bueno que el resto de los partidos exigiera a las autoridades electorales en Puebla fiscalizar con lupa los millonarios recursos que el PAN está tirando con tal de ganar la cámara de diputados.

Porque insisto ¿de dónde habrán sacado tanto dinero?

Seguro que el árbitro de la elección se llevaría una gran sorpresa si se pone a investigar.

Y es que la única imagen que se ve, al menos en la capital poblana, es la del PAN y sus distintos aspirantes a diputados, quienes tampoco han levantado como ellos pensaron.

De su parte, no hay propuestas legislativas concretas, por ejemplo, no hay ideas para crear más y mejores programas sociales, o leyes, que permitan mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.

A los panistas les vino “como anillo al dedo” el escándalo del depredador sexual poblano, el diputado federal Saúl Huerta Corona, porque no tenían tema para levantar sus campañas.

Si no es intentando golpear a Claudia Rivera Vivanco, candidata a edil de la capital por Morena, no tienen otra idea, u otra propuesta de beneficio para los poblanos.

Tal vez por ello sus patrocinadores abrieron la cartera y están derrochando dinero a manos llenas.

El INE y el IEE seguro van a tener que intervenir en la campaña panista porque el partido seguramente ya rebasó el tope permitido de gasto.

A ver si a Doña Genoveva Huerta Villegas, líder estatal del PAN, no se le vuelve a hacer bolas el engrudo.

Hay que estar atentos.

 

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