Luego de las afectaciones en el monumento denominado Caño Quebrado, ubicado en el sitio arqueológico de Tetzcotzinco, en Texcoco, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), habla sobre el proceso de restauración que arrancará a finales de septiembre.

En voz del arqueólogo Luis Antonio Huitrón, director del Centro INAH Estado de México, afirma que han utilizado drones para realizar un levantamiento detallado del polígono que abarca cerca de siete mil hectáreas.

Hasta el momento los expertos han realizado seis visitas al sitio y han solicitado apoyo de las autoridades locales, y de la división de Tutela del Patrimonio Cultural de la Policía Federal, para vigilar el lugar; y se sigue el curso de  la denuncia interpuesta ante la Fiscalía General de la República (FGR) el pasado 17 de julio.

Además, el INAH emitió oficios para suspender cualquier actividad relacionada con la apertura o ampliación de caminos dentro de dicho polígono, y trabajan con las autoridades ejidales de Santa Catarina del Monte, cuyas parcelas están en el polígono del Caño Quebrado.

¿Qué vendrá en los siguientes días? “Derivado de la diligencia que nos permitió atender la afectación, se ha determinado, a partir del peritaje que realizó el arqueólogo Isaac Ramírez, la afectación de sistemas constructivos y de elementos constitutivos del acueducto prehispánico, ubicado en este espacio que forma parte de una amplia extensión que fue un asentamiento importante en el México prehispánico”.

Aunque reconoce que el Caño Quebrado no forma parte del polígono decretado (zona arqueológica) y que se ubica a 1.6 Km al poniente, ubicando la afectación mayor en una superficie de 144 metros cuadrados.

Se determinaron cuatro semanas para la integración de los elementos que permitan sustentar el tipo de intervención que necesita y para la recuperación de materiales de construcción originales que aún están en el lugar.

Así como la búsqueda de información bibliográfica y de investigaciones previas para obtener, con precisión, datos sobre sistemas constructivos, características de los materiales que forman parte de este elemento”.

¿En qué parte del proceso van? “Tenemos casi concluido el análisis bibliográfico, las visitas de campo, la conciliación del terreno con la aseguradora, y en esta semana integraremos el proyecto para su presentación al Consejo de Arqueología, el cual será revisado por parte de sus consejeros, y del dictamen de autorización para la ejecución de los trabajos.

Una vez aprobado el proyecto, el INAH “continuará con la conciliación con la aseguradora en la que estableceremos los montos que son los necesarios para el resarcimiento de los daños, lo cual concluiría en esta semana”.

Y después, “vendrá el análisis de lo que ocurre al interior del polígono de siete mil hectáreas del área natural protegida del sistema Tetzcotzinco”.

El panorama indica que, desde hace tiempo (este sitio) ha experimentado una serie de procesos en su interior, que ha generado situaciones de tensión en los monumentos arqueológicos y en los elementos de biodiversidad que son considerados en el decreto de esta área natural protegida”.

¿A qué cambios se refiere? “Como la apertura de caminos al interior de los ejidos para facilitar la comunicación de las comunidades o para generar mejores condiciones en la prestación de servicios turísticos y, por supuesto, los procesos relacionados con el uso de estas tierras por parte de los ejidatarios y comuneros”, dice.

También está la apertura de nuevas terrazas de cultivo y todas aquellas actividades que las comunidades tienen alrededor de su desarrollo y de los servicios que se van requiriendo”, añade.

Sin embargo, advierte que los municipios son corresponsables en términos de lo que señala la Ley de Sitios y Monumentos en la protección y conservación de este tipo de espacios.