Los días de guarda han significado un redescubrimiento de los espacios habitacionales y sus protagonistas. De repente, somos más conscientes de los vecinos de junto. Reflexionamos y nos damos cuenta de que apenas sabemos sus nombres. En algunos casos, reconocemos que son personas mayores con necesidades específicas. No estaría por demás echar una mano.

De acuerdo con cifras oficiales (2018), alrededor de 1.7 millones de mexicanas y mexicanos viven solos, siendo los adultos mayores una parte importante de esta cifra. Esta condición suma a la percepción de vulnerabilidad: se trata de mujeres y hombres que pueden contar con enfermedades crónicas, deficiencias en el sistema inmunológico y falta de empleo.

Como informa Guadalupe Chávez Ortiz, directora del Departamento de Ciencias de la Salud de la IBERO Puebla, este contexto ha propiciado algunos apoyos del sector público, como el cobro anticipado de pensiones o la atención prioritaria en centros de salud. No obstante, queda mucho por hacer.

Ante el escenario de cuarentena, es común que las personas mayores se enfrenten a múltiples dificultades para hacer actividades cotidianas. Cosas como realizar pagos o conseguir comestibles pueden poner en riesgo su salud. Por ello, es importante construir redes de atención y acompañamiento para asistir a nuestros vecinos y seres cercanos que así lo necesiten.

Por otro lado, si las salidas son inevitables, los adultos mayores deberán extremar las multicitadas precauciones: guardar la sana distancia, utilizar cubrebocas, procurar un aseo exhaustivo al regresar a casa y no salir en caso de presentar malestar físico.

 “Tenemos la ventaja de las redes sociales, mismas que, si bien no son manejadas directamente por los adultos mayores, sí pueden representar herramientas valiosas para tejer estas redes de colaboración”:Guadalupe Chávez Ortiz.

Papá, mamá: el virus es real

La mujer y el hombre de edad avanzada son personas cuya idiosincrasia recae en usos y costumbres que no necesariamente corresponden a los nuevos paradigmas sociales. El arraigo a los hábitos es tal que difícilmente se les hará modificarlo, lo cual tampoco debe ser la vía de acción.

Para asegurar una adaptación eficaz a las nuevas medidas de prevención sanitaria,  Chávez Ortiz propone tres ejes fundamentales. La próxima vez que tu papá, mamá, abuela o abuelo se muestre reacio con respecto al virus, recuerda:

No infantilizarles: no sólo hay que decirles qué hacer, sino explicarles la situación, los riesgos y medidas de prevención que todas y todos hemos de seguir.

Erradicar el concepto de la terquedad y sustituirlo por una concepción de que la o el adulto mayor es una persona con ideas consolidadas que difícilmente cambiarán.

Guardar la paciencia y llegar a consensos por el bien de todas y todos.

 Cuidado con calidez

No por estar lejanos somos ajenos. Si bien muchas familias viven en hogares separados, esto no implica que no se pueda dar acompañamiento físico de forma moderada. “En estos casos, las visitas no están prohibidas, sino que la cercanía física debe limitarse”, comenta Chávez Ortiz. Llevar despensa o medicinas es un buen pretexto para un encuentro breve y precavido.

Si no es de manera presencial, las llamadas siempre son opciones viables para hacerle saber a las personas que nos interesamos por ellas. El cuidado de los adultos mayores está estrechamente relacionado con el aspecto emocional y anímico: escuchar, entender y atender es la ruta ideal para mantenerse unidos aun en el distanciamiento.