De acuerdo con la información de Datos Abiertos, durante el primer cuatrimestre de este 2023 se realizaron 131 llamadas al número de emergencias para denunciar o solicitar apoyo por maltrato infantil en Puebla capital.

En enero se realizaron 30 solicitudes de apoyo al número de emergencias, mientras que solo dos auxilios se realizaron por el número de Telmujer, este es un servicio que da atención psicológica, jurídica e información sin costo y de manera anónima.

En febrero las llamadas de auxilio para solicitar la intervención de las fuerzas del orden se redujeron, pues se registraron 23 llamadas. Sin embargo, en marzo, las llamadas aumentaron, pues se documentaron 36, donde 35 fueron dirigidas a través del Telmujer.

No obstante, el mes con más llamadas de emergencia por maltrato infantil en Puebla fue abril, pues se reportaron 40 casos, ya sea porque escucharon o presenciaron algún maltrato en perjuicio de un menor de edad.

Mientras tanto, el Sistema Municipal DIF (SMDIF) Puebla atendió 149 casos por maltrato infantil de 2021 a 2023, no todos  fueron por violencia física, pues también hubo casos por violencia psicológica, al menos así lo confirmó la directora general, Carolina Morales García. 

Para estos casos, los menores reciben atención en el área de salud mental de la dependencia y en coordinación con los padres, se atiende a los niños. La directora señaló que el SMDIF Puebla ya trabaja en campañas preventivas y de  sana convivencia al interior de la familia.

Uno de los casos más recientes fue el de una niña que huyó de casa en la colonia Guadalupe Hidalgo, en Puebla, porque era amarrada y violentada por su madrastra.

Una vez que la menor de cuatro años logró escapar, los vecinos protegieron a la menor y avisaron a la policía. SMDIF Puebla informó que le dieron atención y apoyo a la menor y fue acompañada en todo el proceso. Actualmente está bajo la custodia de su tía.

El viernes 23 de junio, la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que tanto el padre como la madrastra fueron vinculados a proceso por el delito de violación familiar. La madrastra argumentó que amarraba a la niña porque era muy “inquieta”.