Expresiones como:

“Namás te voy a dar un dato, a los periodistas no hay que matarlos a balazos, papá, hay que matarlos de hambre, ya te lo dije”“Yo siempre lo he dicho, el hijueputa que se pase de verga, una verguiza ¡Verguiza salvaje!”. (Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI).

O aquello de:

“Ya ayer le acabé de dar un pinche coscorrón a esta vieja cabrona. Le dije que aquí en Puebla se respeta la ley y no hay impunidad, y quien comete un delito se llama delincuente. Y que no se quiera hacer la víctima, y no quiera estar aprovechando para hacerse publicidad” (Mario Marín Torres, ex gobernador de Puebla encarcelado, refiriéndose a la escritora y periodista Lydia Cacho).

Y por qué no recordar:

“Tú eres el héroe de esta película, papá” “Y te voy a enviar dos bellísimas botellas de coñac” (Kamel Nacif Borge, el rey de la mezclilla en su conversación con Mario Marín, a quien bautizó como “el gober precioso”)

Y en el ámbito local lo más reciente:

“Mi negocio es administrar la reputación de los políticos, ese es mi negocio. No seas mamador, Jorge, si no vendo tlacoyos” (Arturo Rueda, director de Diario Cambio, en su conversación con el actual diputado local del PRI, Jorge Estefan Chidiac)

O algo así:

“Si tú te metes en mi puto distrito es un pedo con los Morales y es para siempre. Conmigo estás o no estás, no son mamadas de una pinche elección. El pleito es para siempre” (Fernando Morales Martínez, actual diputado local y dirigente de MC, a Juan Carlos Natale, actual diputado federal del PVEM).

Está claro que del audio escándalo en México nadie se salva.

Nadie está exento de ser espiado y evidenciado.

La tecnología, hoy por hoy, lo puede todo.

Y vaya que destruye reputaciones y construye escándalos.

El caso más reciente en el ámbito nacional es el del mentado Alejandro Moreno, conocido también como “Alito”, dirigente nacional del PRI, y quien hace referencia en su audio escándalo de lo que piensa de la prensa.

¡Qué bárbaro!

Aunque los niegue y diga que son editados, sus audio escándalos lo muestran de pies a cabeza.

Ahora sabemos quién es el famoso “Alito” y qué piensa de los periodistas.

Sus audios muestran, incluso, cómo está el PRI actualmente, quién lo dirige y quién lo administra.

Eso sí, por algo está como está en todo el país, incluyendo en Puebla.

Con razón los priistas como oposición son todo un fiasco,

Por algo no valen un quinto sin sus aliados.

Que pena por los verdaderos priistas.

Empero, insisto, ya nadie se salva de ser espiado.

¿Lo estaremos todos los periodistas?

¿Se dará el fenómeno en todos los ámbitos?

¿Lo estarán todos los políticos?

¿Cuántos audios prohibidos más escucharemos en México, particularmente en Puebla?

¿Cuántos y de quién?

¿A quién le convendrá esa práctica, a los gobernantes, a los partidos políticos, a los periodistas, a los servidores públicos o a la sociedad en general?

Es una pena que ni en la mentada 4T se acaben los audio escándalos.

Algunas veces publicados para bien y otras para mal.

Porque, gracias a los audio escándalos Lydia Cacho pudo lograr justicia en su caso, por ejemplo.

Bueno, justicia a medias, pero al fin justicia.

Aunque también hay en las grabaciones prohibidas amenazas, chantajes, datos personales, privados, y mucho más.

Ojalá que los realizadores, creadores y/o productores de los audio escándalos utilizarán toda su tecnología también para hacer justicia, para descubrir al narco, a las bandas criminales, para acabar con la corrupción que no terminó ni con Morena, ni con la 4T.

Hace falta un nuevo golpe apoyado con los audio escándalos.

Pero un golpe, insisto, a favor de la justicia.

Porque en el país y en el estado de Puebla nos hacen falta ya muchas buenas noticias.

Sobre todo ante la grave inseguridad y ante la crisis económica por la que atravesamos los ciudadanos.

Ya nos toca algo bueno a todos los mexicanos.

Por cierto, me dicen que el escándalo Rueda-Mier apenas empieza.

Que se preparen porque son muchos los posibles afectados, las repercusiones.

Y es que hay mucha información en ciertos aparatos.

¿Será?

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